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Retos en Internet causan 56 muertes o lesiones a niños en Brasil
Al menos 56 niños y adolescentes murieron o resultaron heridos tras participar en desafíos en Internet en los últimos 11 años en Brasil, según datos conocidos hoy de una encuesta no oficial realizada por el Instituto DimiCuida.
Tales estadísticas afloraron a partir de informaciones de prensa e informes de los padres, y después de conocerse que la niña Sarah Raissa, de ocho años, murió al participar en el llamado Desafío del desodorante, en Brasilia.
Raissa fue encontrada el jueves sin signos vitales por su abuelo junto a un frasco del cosmético. De inmediato se trasladó a un hospital y tuvo un paro cardiorrespiratorio. Se intentó reanimarla durante unos 60 minutos, pero no mostró reflejos neurológicos. Su muerte cerebral fue confirmada el domingo.
La encuesta de DimiCuida revela, asimismo, que otros ocho pequeños murieron después de participar en la misma provocación que Raissa. En redes sociales, especialmente en TikTok, son habituales las propuestas peligrosas, como la no oxigenación.
De acuerdo con el instituto, las víctimas suelen tener entre cuatro y 17 años. Los retos también están presentes en todas las clases sociales, en las escuelas privadas y públicas.
También DimiCuida advierte que los infantes, que son víctimas de acoso escolar, son más propensos a aceptar participar en actividades peligrosas. El mes pasado, otra chiquilla de 11 años fue víctima de similar desafío. Brenda Sophia sufrió un paro cardiorrespiratorio luego de inhalar desodorante en Bom Jardim, región de Agreste, estado de Pernambuco (nordeste).
Un estudio del Centro Médico Infantil Cohen analizó 109 vídeos sobre la práctica de inhalar sustancias químicas como desodorantes y esmaltes de uñas. Los audiovisuales tuvieron, en conjunto, 25 millones de visitas. Según los investigadores, la práctica provoca un breve estado de euforia que crea un alto potencial de consumo repetido y dependencia.
El abuso de inhalantes puede provocar mareos, daño cerebral e incluso la muerte. «La naturaleza encubierta de estos elementos significa que los padres y maestros tienen menos probabilidades de detectar el comportamiento, lo cual aumenta significativamente el riesgo de uso repetido y adicción entre los adolescentes», alerta el estudio.
Los padres deben estar atentos a algunas señales que indican que el niño puede estar participando en desafíos de no oxigenación.
DimiCuida enumera, entre otros, signos físicos, dolores de cabeza violentos, alteraciones visuales transitorias (moscas en vuelo), rayas rojas alrededor del cuello o en el costado, cansancio, falta de concentración y olvidos.
Hasta la fecha, la investigación busca identificar quién envió o compartió el video del desafío con Raissa. La sospecha es que el material estaba funcionando en su teléfono celular en el momento del fatal incidente.
15 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
Casos de sarampión en Ohio aumentan a 20: lo que hay que saber sobre los brotes en EE.UU.
Funcionarios de salud de Texas confirmaron el martes 20 casos más de sarampión en el brote que comenzó hace casi 3 meses, junto con cinco nuevos casos en Nuevo México y seis en el centro de Ohio. La semana pasada, el número de casos de sarampión en Estados Unidos superó los 700, e Indiana se sumó a otros cinco estados con brotes activos.
Aun cuando el virus continuaba propagándose y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) reenviaron un equipo al oeste de Texas, el secretario de Salud federal, Robert F. Kennedy Jr., afirmó en una reunión televisada del gabinete el jueves que los casos de sarampión se estaban estabilizando a nivel nacional. Estados Unidos tiene en lo que va del año más del doble de casos de sarampión que en todo 2024.
Texas reporta la mayoría de los casos de sarampión. Dos niños de edad escolar que no estaban vacunados murieron por enfermedades relacionadas con el sarampión cerca del epicentro del brote en el oeste de Texas. Un adulto en Nuevo México que no estaba vacunado también murió de enfermedad relacionada con el sarampión .
Otros estados con brotes activos —definidos como tres o más casos— son Indiana, Kansas, Oklahoma y Ohio.
El brote multiestatal confirma los temores de los expertos en salud de que el virus se afianzará en otras comunidades de Estados Unidos con bajas tasas de vacunación, y que la propagación podría extenderse durante un año. La Organización Mundial de la Salud ha dicho que hay casos en México vinculados al brote de Texas.
El sarampión es causado por un virus altamente contagioso que se transmite por el aire y se propaga fácilmente cuando una persona infectada respira, estornuda o tose. Es prevenible mediante vacunación y se había considerado eliminado de Estados Unidos desde el año 2000.
Esto es lo que hay que saber sobre el sarampión en Estados Unidos:
¿Cuántos casos de sarampión hay en Texas y Nuevo México?
El brote en Texas comenzó a finales de enero. Funcionarios de salud estatales dijeron el martes que hubo 20 nuevos casos de sarampión desde el viernes, elevando el total a 561 en 23 condados, la mayoría de ellos en el oeste del estado. Dos texanos más fueron hospitalizados, para un total de 58 durante el brote, y el condado de Reeves registró su primer caso.
Los funcionarios de salud estatales estimaron el martes que alrededor del 4% de los casos —menos de 25— son activamente infecciosos.
El 65% de los casos en Texas están en el condado de Gaines, con una población de 22 892 personas, donde el virus comenzó a propagarse en una comunidad menonita con baja tasa de vacunación. El condado ha registrado 364 casos desde finales de enero, un poco más del 1% de los residentes del condado.
La muerte del 3 de abril en Texas fue de un niño de 8 años, según Kennedy. Funcionarios de salud en Texas dijeron que el niño no tenía problemas de salud subyacentes y murió de «lo que el médico del niño describió como insuficiencia pulmonar por sarampión». Un niño no vacunado sin males subyacentes murió de sarampión en Texas a finales de febrero; Kennedy indicó que tenía 6 años.
Nuevo México anunció cinco nuevos casos el martes, elevando el total del estado a 63. Tres personas más están en el hospital, para un total de cinco desde que comenzó el brote. El condado de Doña Ana reportó su primer caso. La mayoría de los casos del estado están en el condado de Lea. Dos están en el condado de Eddy y uno en el condado de Chaves.
Los funcionarios de salud estatales dicen que los casos están vinculados al brote de Texas según pruebas genéticas. Nuevo México reportó su primera muerte relacionada con el sarampión en un adulto el 6 de marzo.
¿Cuántos casos hay en Kansas?
Kansas tiene 32 casos en ocho condados en la parte suroeste del estado, anunciaron funcionarios de salud el miércoles. Dos de los condados, Finney y Ford, son nuevos en la lista y son centros de población importantes en esa parte del estado. Haskell tiene la mayoría con ocho casos, el condado de Stevens tiene siete, el condado de Kiowa tiene seis, y el resto tiene cinco o menos.
El primer caso reportado en el estado, identificado en el condado de Stevens el 13 de marzo, está vinculado a los brotes de Texas y Nuevo México según pruebas genéticas, dijo un portavoz del departamento de salud estatal. Pero los funcionarios de salud no han determinado cómo se expuso la persona.
¿Cuántos casos hay en Oklahoma?
Los casos en Oklahoma se mantenían en 12 hasta el martes: nueve confirmados y tres probables. Los dos primeros casos probables estaban «asociados» con los brotes del oeste de Texas y Nuevo México, dijo el departamento de salud estatal.
Un portavoz del departamento de salud estatal indicó que se confirmaron exposiciones al sarampión en Oklahoma City y en los condados de Tulsa, Rogers y Custer, pero no quiso decir qué condados tenían casos.
¿Cuántos casos hay en Ohio?
El brote en el condado de Knox, en el centro-este de Ohio, ha infectado a un total de 20 personas hasta el martes, según un boletín de prensa del departamento de salud del condado, pero siete de ellas no viven en Ohio. Un brote de sarampión en el centro de Ohio enfermó a 85 personas en 2022.
El Departamento de Salud de Ohio confirmó 20 casos de sarampión en el estado la semana pasada: 11 en el condado de Ashtabula cerca de Cleveland, siete en el condado de Knox y sendos casos en los condados de Allen y Holmes. El estado actualiza su conteo los jueves, y sólo incluye a residentes de Ohio.
El brote en el condado de Ashtabula comenzó con un adulto no vacunado que había interactuado con alguien que había viajado internacionalmente.
¿Cuántos casos hay en Indiana?
Indiana confirmó seis casos conectados de sarampión en el condado de Allen, en la parte noreste del estado: cuatro son menores no vacunados y dos son adultos cuyo estado de vacunación es desconocido.
Los casos no tienen un vínculo conocido con otros brotes, dijo el miércoles el Departamento de Salud del condado Allen. El primer caso fue confirmado el lunes.
¿Dónde más está apareciendo el sarampión en EE.UU.?
También se han reportado casos de sarampión en Alaska, Arkansas, California, Colorado, Florida, Georgia, Hawai, Kentucky, Maryland, Michigan, Minnesota, Nueva Jersey, Nueva York, Pensilvania, Rhode Island, Tennessee, Vermont y Washington.
Los CDC definen un brote como tres o más casos relacionados. La agencia ha registrado siete grupos que calificaron como brotes en 2025 hasta el viernes.
En Estados Unidos, los casos y brotes generalmente se rastrean hasta alguien que contrajo la enfermedad en el extranjero. Luego puede propagarse, especialmente en comunidades con bajas tasas de vacunación. En 2019, Estados Unidos registró 1 274 casos y casi perdió su estatus de haber eliminado el sarampión. En lo que va de 2025, el conteo de los CDC es de 712.
¿Necesito un refuerzo de vacuna triple?
La mejor manera de evitar el sarampión es recibir la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (conocida como triple o SRP*). Se recomienda la primera dosis para niños entre 12 y 15 meses de edad y la segunda entre los 4 y los 6 años.
Las personas con alto riesgo de infección que recibieron las vacunas hace muchos años pueden considerar recibir un refuerzo si viven en un área con un brote, dijo Scott Weaver, de la Red Global de Virus, una coalición internacional. Estos pueden incluir a miembros de la familia que viven con alguien que tiene sarampión o aquellos especialmente vulnerables a enfermedades respiratorias debido a condiciones médicas subyacentes.
Los adultos con «evidencia presuntiva de inmunidad» generalmente no necesitan vacunas contra el sarampión ahora, señalan los CDC. Los criterios incluyen documentación escrita de vacunación adecuada en el pasado, confirmación de laboratorio de infección pasada o haber nacido antes de 1957, cuando la mayoría de las personas probablemente se infectaron de forma natural.
Un médico puede ordenar una prueba de laboratorio para verificar los niveles de anticuerpos contra el sarampión, pero los expertos en salud no siempre recomiendan esta ruta y la cobertura del seguro de gastos médicos puede variar.
Recibir otra vacuna triple viral es inofensivo si hay preocupaciones sobre la disminución de la inmunidad, señalan los CDC.
Las personas que tienen documentación de haber recibido una vacuna viva contra el sarampión en la década de 1960 no necesitan ser revacunadas, pero las personas que fueron inmunizadas antes de 1968 con una vacuna ineficaz contra el sarampión hecha de virus «muerto» deben ser revacunadas con al menos una dosis, indica la agencia. Eso también incluye a las personas que no saben qué tipo de vacuna recibieron.
¿Cuáles son los síntomas del sarampión?
El sarampión primero infecta el tracto respiratorio, luego se propaga por todo el cuerpo y causa fiebre, secreción nasal, tos, ojos rojos y llorosos y un sarpullido.
El sarpullido generalmente aparece de tres a cinco días después de los primeros síntomas, comenzando como manchas rojas planas en la cara y luego extendiéndose hacia el cuello, tronco, brazos, piernas y pies. Cuando aparece el sarpullido, la fiebre puede aumentar a más de 40 °C (104 °F), según los CDC.
La mayoría de los niños se recuperarán del sarampión, pero la infección puede generar complicaciones peligrosas como neumonía, ceguera, inflamación cerebral y muerte.
¿Cómo se puede tratar el sarampión?
No hay un tratamiento específico para el sarampión, por lo que los médicos generalmente intentan aliviar los síntomas, prevenir complicaciones y mantener a los pacientes cómodos.
¿Por qué importan las tasas de vacunación?
En comunidades con altas tasas de vacunación —por encima del 95%—, enfermedades como el sarampión no se propagan fácilmente. Esto se llama «inmunidad de grupo».
Pero las tasas de vacunación infantil han disminuido en Estados Unidos desde la pandemia, y más personas piden exenciones religiosas o de conciencia personal para eximir a sus hijos de las vacunas requeridas.
Estados Unidos tuvo un aumento en los casos de sarampión en 2024, que incluyó un brote en Chicago que enfermó a más de 60.
*N. del E.: En Cuba se conoce esa misma vacuna como PRS.
11 abril 2025 | Fuente: AP | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
El párkinson no es solo cosa de adultos: también afecta a los niños
Aunque uno de los principales factores de riesgo del párkinson es la edad avanzada, en ocasiones poco frecuentes también puede aparecer en la infancia o en la adolescencia asociado en la mayoría de casos a otras afecciones genéticas que dificultan su diagnóstico.
Se estima que la incidencia mundial del párkinson infantil se sitúa en torno a los 0,8 casos de cada 100 000, según señala en declaraciones concedidas a la agencia EFE la neuróloga pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona Belén Pérez, quien explica que puede afectar desde a un recién nacido a adolescentes y puede a empezar a dar señales en cualquier momento.
SÍNTOMAS DEL PÁRKINSON EN LOS NIÑOS
Entre los síntomas de la enfermedad en niños se encuentran la falta de movimientos espontáneos, de expresividad en la cara, hipotonía -disminución anormal del tono muscular- y el retraso en el desarrollo, es decir, que comiencen a sentarse o andar tarde, por ejemplo.
En el adulto también los movimientos son lentos, hay temblor en reposo y rigidez del cuerpo, pero es frecuente que todos esos síntomas se produzcan a la vez, mientras que «en el niño no es así, suele ser un parkinsonismo incompleto», señala también a EFE el neurólogo infantil del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona Juan Darío Ortigoza.
Hay otros «síntomas de alarma», que son los que deben de hacer sospechar, como la presencia de un temblor en las manos del bebé o movimientos oculares extraños, también que a lo largo del día fluctúe la clínica, es decir, que aparezcan las señales en un momento del día, pero luego desaparezcan.
RETRASOS EN EL DIAGNÓSTICO
Cuando la enfermedad se manifiesta en edad escolar o en la adolescencia se caracteriza porque el menor «empieza a ser más torpe» en el movimiento, sufre más tropiezos, caídas, en general dificultades motrices que hace que sea menos autónomo.
Belén Pérez, que forma parte del Grupo de Trabajo de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP), asegura que los síntomas como son «tan inespecíficos» suelen provocar un retraso en el diagnóstico del párkinson infantil «y también muchos errores».
«El hecho de que un bebé se mueva poco y tenga pocos movimientos a veces puede hacer pensar, por ejemplo, en enfermedades del músculo», abunda.
CAUSAS DIFERENTES AL PÁRKINSON ADULTO
Las causas por las que aparece la enfermedad son diferentes a las de párkinson en adultos, que se caracteriza por la reducción gradual de la capacidad del cerebro para producir dopamina, un neurotransmisor que controla aspectos como el movimiento y el equilibrio.
Además, en adultos es una enfermedad esporádica, no genética (solo en el 5 ó 10 % de los casos lo es), cuyo principal factor de riesgo es la edad, mientras que en menores el origen sí es genético. En este sentido el neurólogo del Sant Joan de Déu, quien también integra también el Grupo de Trabajo de Trastornos del Movimiento de la SENEP, señala que siempre va acompañada de otra patología.
«Esta es otra diferencia que hay con el adulto, que el parkinsonismo en niños rara vez viene aislado, o sea, es muy poco probable que solo tenga signos de esa enfermedad», incide Ortigoza.
Suelen ser enfermedades «muy raras» como las que provocan defectos en los neurotransmisores, que, por ejemplo, en el Sant Joan de Déu, que es hospital de referencia para este tipo de enfermedades suele haber uno o dos pacientes al año, según afirma el neurólogo infantil.
Si en el adulto lo que ocurre es que la neurona muere, en los menores esa «maquinaria» que produce la neurona, que es la dopamina, está estropeada por un defecto genético, explica la neuróloga del Vall d’Hebron.
ES CRUCIAL EMPEZAR EL TRATAMIENTO CUANTO ANTES
En esos casos es «crucial» empezar el tratamiento cuanto antes, porque puede evitar una discapacidad al menor. «En la infancia es muy difícil de detectar, porque los síntomas se solapan y confunden, entonces puede ser que el médico le cueste identificar la enfermedad y que además lo diagnostique de otra cosa que sea mucho más común y que no tenga tratamiento como una parálisis cerebral y entonces queda mal diagnosticado y no recibe el tratamiento apropiado», incide Pérez.
Por eso, señala que «es muy probable» que la incidencia sea mayor.
Hay otras enfermedades de base que no debutan tan pronto, no son del neurodesarrollo, sino que son mitocondriales o lisosomales, entre otras, y que causan que las neuronas dejen de funcionar bien y empiecen «a morirse».
En este caso, la medicación con dopamina, que sí se administra cuando el motivo es la no producción de este neurotransmisor, empieza a no funcionar, con lo que hay que pautar una terapia personalizada y son los mismos fármacos que se utilizan en los adultos, pero en distintas dosis.
Puede darse el caso también, aunque es lo menos frecuente, que el párkinson infantil esté causado por una enfermedad bacteriana o viral sobrevenida.
«Lo más frecuente es el enterovirus 71 (el que causa el denominado ‘boca-mano-pie’). Y de bacterias hay una que se llama micoplasma que da síntomas como cuadro catarral o bronquitis y a veces puede afectar al sistema nervioso central y producir síntomas de parkinsonismo», afirma Ortigoza.
11 abril 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
Gobierno de EE.UU. encarga estudio para determinar causas de la «pandemia» de autismo
Las autoridades de Estados Unidos están realizando un estudio a gran escala para determinar las causas de la «epidemia» de autismo y el resultado se divulgará en los próximos meses, anunció el jueves el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr. «Hemos puesto en marcha un esfuerzo masivo de pruebas e investigación que involucrará a cientos de científicos de todo el mundo», dijo Kennedy en una reunión televisada del gabinete presidida por el presidente Donald Trump.
«Para septiembre sabremos qué ha causado la epidemia de autismo. Y podremos eliminar esas exposiciones», agregó. Kennedy afirmó que la prevalencia del autismo ha aumentado drásticamente en las últimas décadas.
«Las tasas de autismo han aumentado, según nuestras cifras más recientes, creemos que serán de uno por cada 31, en comparación con uno por cada 10 000 cuando yo era niño», declaró, sin ofrecer más detalles ni citar la fuente de las cifras. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos estiman actualmente que la tasa de autismo infantil en Estados Unidos es de uno por 36. «Esa es una estadística horrible y tiene que haber algo artificial que esté causando esto», comentó Trump.
En otra época, célebre abogado ambientalista que acusaba de traidores a quienes negaban el cambio climático, en las últimas dos décadas Kennedy ha promovido teorías conspirativas que vinculan las vacunas infantiles con el autismo e incluso cuestionan si los gérmenes causan estas enfermedades.
11 abril 2025 | Fuente: AFP | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
Psiquiatras piden abordar el malestar general de los adolescentes para ayudarles a superar sus problemas
El psiquiatra y director médico de la Clínica Nuestra Señora de La Paz, el doctor Álvaro Pico Rada, ha señalado la necesidad de abordar el malestar general de los pacientes para ayudarles a superar sus problemas y mejorar su desarrollo, pero sin llegar a patologizar este tipo de sentimientos, una creciente tendencia que ya afecta en España al 20 % de las personas de entre 10 y 19 años.
Esta situación, agravada a raíz de la pandemia de covid-19 y otros factores, también se debe a la gran exposición a la que se enfrentan los adolescentes como consecuencia de las redes sociales y que, al no tratarse de trastornos mentales clásicos, deben ser intervenidos desde una forma «más amplia» y desde distintos sectores, y no solo a través del psicólogo.
Las intervenciones a realizar deben centrarse en los colegios y en especial en la etapa adolescente, pues entre el 60 y el 70 % de los trastornos mentales aparecen en estas edades, por lo que el doctor Pico Rada ha incidido que es donde se tiene que hacer «el mayor esfuerzo» para mejorar el pronóstico de su salud mental y evitar que derive en problemas más graves.
«La transición de etapas entre adolescencia y adultez es fundamental, especialmente en atención primaria y salud mental», ha añadido el especialista durante un encuentro sobre el cuidado de la salud mental infantojuvenil organizado por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
En ese sentido, ha explicado que se debe brindar apoyo a los propios adolescentes, a los médicos, a los profesores -considera que la atención en los colegios es insuficiente- y a las familias, especialmente a aquellas con un bajo poder adquisitivo, que pueden presentar más dificultades para hacer frente a las situaciones adversas, para lo que es necesario un «pacto social» y poner más recursos en los lugares donde más vulnerables son las personas.
El psiquiatra ha subrayado que las autolesiones en adolescentes «se han disparado» y que algunos de ellos requieren de un ingreso, y que se trata de una conducta encaminada a «abordar el malestar a través de la autolesión», que puede llegar a evolucionar a otro nivel tanto «por error» como por un progreso de este malestar.
Del mismo modo, ha señalado la necesidad de adaptarse a los medios que usan los adolescentes para informarse, con las redes sociales e Internet, para proporcionarles información veraz sobre salud mental, todo ello a través de un lenguaje más próximo y realizar campañas específicas.
Para afrontar esta problemática en las aulas ha nacido el proyecto Henka Sant Joan de Déu, cuya coordinadora de Centros Educativos, Ariadna Galtés, ha explicado que está dirigido a jóvenes en educación secundaria para trabajar con el alumnado, la comunidad educativa y sus familias, de forma que se mejore el «bienestar emocional» y se prevengan problemas de salud mental.
Galtés ha destacado que este programa «facilita herramientas a alumnos y profesores para tratar temas que normalmente no se hablan en clase» y, como son los alumnos los que «mejor valoran esta experiencia», al verla como una oportunidad para «poner palabras a lo que les pasa» y «aprender a gestionarlo adecuadamente».
El psiquiatra del Hospital General Universitario “Gregorio Marañón” y coordinador del Programa de Enlace de Salud Mental y Educación, el doctor Jorge Vidal de la Fuente, ha coincidido en apoyar a los adolescentes para que puedan afrontar sus problemas sin llegar a patologizar las dificultades de gestionar emociones, de relacionarse, de inestabilidad emocional o de tolerancia a la frustración.
Asimismo, ha apuntado a que existen factores que influyen como los cambios sociales, los cambios económicos y los de tipo laboral, y es que la ausencia de una red familiar sólida, relacionada con estos cambios, puede dar lugar a un riesgo de exclusión social y de problemas de salud mental.
«Existe un factor denominador: la velocidad, la rapidez del cambio al que todos estamos sometidos y que, nos guste o no, todo apunta a que va a ser cada vez mayor. Esta velocidad genera dificultades de adaptación en las personas y en las familias, que estamos viendo que desembocan en problemas relacionados con nuestra salud mental», ha añadido.
LA TENDENCIA DE PATOLOGIZAR EL MALESTAR
Por su parte, la directora de Proyectos Educativos y Sociales de la Fundación FAD Juventud, Eulalia Alemany, ha señalado que desde la pandemia existe una «cierta tendencia» a patologizar el malestar cotidiano, especialmente de los adolescentes, pues viven en una época de «conflictos» y de cambios que hacen que sea «normal» sentir frustraciones.
«No podemos transmitir a los adolescentes que todo es un problema de salud mental. Es cierto que es una época de conflicto y eso es lo normal, no podemos patologizarlo. Es una etapa para disfrutar en la que el adolescente descubre la independencia, la sexualidad… y lo que necesita es que le acompañemos y le enseñemos a superar los problemas, porque no vamos a poder evitar que los haya», ha recalcado.
Alemany también ha lamentado que haya niños que «no saben lo que es un no» y que tampoco conocen los límites, lo que se debe a que en muchas ocasiones son los propios padres los que no saben gestionar su frustración.
En relación a ello, ha intervenido Miryam, madre de una adolescente que con quince años sufrió una depresión grave con trastorno de la conducta alimentaria, quien ha resaltado la necesidad de transmitir un mensaje de esperanza y de compartir experiencias similares para hacer saber a otros padres que es «imprescindible» buscar ayuda.
En la jornada también ha intervenido el director general de San Juan de Dios España, Juan José Afonso, quien ha recordado que la gestión emocional de los menores ha estado históricamente ligada a las familias, pero que los actuales cambios de la sociedad hacen que sea necesario que se realice de otra forma, razón por la que la institución está cada vez dedicando cada vez más esfuerzos en esta cuestión.
10 abril 2025 | Fuente: Europa Press | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
Niños mayoría de víctimas de brote de cólera en Nigeria
Las autoridades sanitarias nigerianas están alarmadas hoy porque pierden la carrera contra el brote de cólera que azota a este país del occidente africano desde octubre pasado con saldo de 121 muertes, en su mayoría niños. Desde el estallido del brote en zonas septentrionales los contagios con la dolencia se extendieron a 23 de los 36 estados en que está dividida Nigeria, el país más poblado de África.
Las estadísticas del Centro para el Control de Enfermedades, registran que 74 del total de pacientes con desenlace fatal son menores.
La inmensa mayoría de los infectados durante el año en curso contrajeron la enfermedad por la inasistencia de los enfermos a los centros de salud o demora en solicitar atención facultativa, según la fuente.
Otro factor que agrava los esfuerzos de las autoridades sanitarias para contener la enfermedad es la suspensión de la asistencia económica estadounidense decretada en febrero pasado por el gobierno del presidente Donald Trump, subrayaron los informantes.
10 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.| Noticia
Unicef estima 44 000 niños afectados por derrame petrolero en Ecuador
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que hoy hay más de 113 000 personas afectadas por el derrame petrolero en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, incluidos 44 000 niños. La ruptura de un oleoducto el pasado 13 de marzo, provocó el vertido de 25 000 barriles de crudo hacia ríos y desencadenó una catástrofe ambiental que impacta la vida de los habitantes de la zona, sus medios de vida e ingresos, así como el acceso limitado al agua potable.
Unicef Ecuador advirtió en su reporte, publicado este miércoles en su página web, que los niños, niñas y mujeres embarazadas tienen mayor riesgo de padecer enfermedades gastrointestinales.
El informe señaló que más de 3 500 personas recibieron atención médica por enfermedades relacionadas con la exposición al petróleo, incluyendo dermatitis, infecciones respiratorias y afectaciones psicológicas.
La emergencia ambiental destruyó más de 61 hectáreas de tierras agrícolas y dejó nueve playas contaminadas, lo cual incide sobre pescadores y agricultores.
La entidad reconoció que el Gobierno gestiona la respuesta a todos los niveles y ha implementado medidas de respuesta rápida, incluida la entrega de bonos económicos, aunque eso no constituye una solución a largo plazo.
A propósito del problema, Unicef lanzó una campaña internacional para movilizar ayuda urgente a favor de las niñas y niños de Esmeraldas que sufren por una de las crisis ambientales más graves del país en los últimos años y requiere una respuesta rápida y coordinada.
Esta semana, habitantes de la parroquia Cube, en la provincia costera de Esmeraldas, protestaron en reclamo de atención del Estado luego del derrame petrolero, ya que desde el día del suceso están sin agua potable, con afectaciones a la salud y pérdidas económicas, debido a la paralización de las actividades productivas, la pesca, la agricultura y el turismo.
09 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.| Noticia
La infección por el coronavirus no parece alterar la función pulmonar de niños y adolescentes
Es sabido que la COVID-19 no se presenta con igual gravedad en la población más joven comparada con los de mayor edad. Lo que no significa que entre los casos de niños y jóvenes afectados no se pueda producir una enfermedad grave ni sea necesaria la hospitalización en determinados casos, pues como recuerdan los especialistas, en este grupo etario el riesgo es bajo, pero no es cero.
No obstante, dos estudios vienen a refrendar el menor impacto de la enfermedad en los jóvenes, al menos en lo que respecta a la función pulmonar.
Los estudios concluyen que la función pulmonar no parece verse dañada tras haber superado la infección. Los resultados de ambos trabajos se acaban de presentar en el congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS), que se está celebrado recientemente de forma virtual.
Uno de los estudios, dirigido por Ida Mogensen, del Instituto Karolinska, en Estocolmo, no observó diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la función pulmonar entre los jóvenes que habían pasado una infección por SARS-CoV-2 y los que no.
Ni siquiera entre los que tenían asma, aunque en ese grupo se encontró una tendencia hacia mediciones ligeramente más bajas del volumen de aire espiratorio forzado en un segundo (FEV1), una de las medidas de la función pulmonar.
Tendencia que podría indicar peor función en asma
«Nuestro análisis mostró una función pulmonar similar independientemente del historial de COVID-19″, afirma Mogensen. «Cuando incluimos a 123 participantes con asma en el análisis, el 24 % que había tenido COVID-19 tendía a tener una función pulmonar ligeramente más baja, pero no fue estadísticamente significativo».
Al margen de esa tendencia, no se registraron diferencias entre los que habían tenido la COVID en las mediciones de los eosinófilos, los indicadores de inflamación, las respuestas alérgicas o el uso de corticosteroides inhalados.
El estudio ha recopilado información de 661 jóvenes con una edad promedio de 22 años, y que formaban parte de otro gran estudio donde se les realizaba exámenes médicos periódicos. El examen prepandémico más reciente se llevó a cabo entre 2016 y 2019; los seguimientos de la COVID-19 se efectuaron entre octubre de 2020 y mayo de 2021. Los datos recopilados incluyeron mediciones de la función pulmonar, de la inflamación y de los eosinófilos.
De los 661 participantes, 178 (27 %) tenían anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Los investigadores midieron el FEV1, y la relación FEV1 con la capacidad vital forzada (FVC), un indicador de vías respiratorias estrechas. Calcularon los cambios en la función pulmonar entre el período anterior a la pandemia y durante la pandemia, y compararon el cambio porcentual con los participantes que no habían sido infectados.
“Estos resultados son tranquilizadores para los adultos jóvenes. Sin embargo, continuaremos analizando datos de más personas. En particular, queremos observar más de cerca a las personas con asma, ya que el grupo de este estudio era bastante pequeño. También tenemos curiosidad por saber si el tiempo transcurrido desde la infección es importante, así como la gravedad de la enfermedad y los síntomas».
Un segundo estudio con similares resultados
Un segundo estudio presentado también en el congreso obtuvo similares resultados: la función pulmonar en niños y adolescentes tampoco se vio afectada por la COVID-19, salvo que se sufriera en la forma grave de la enfermedad.
Anne Schlegtendal, especialista Neumología pediátrica en el Hospital Infantil de la Universidad Ruhr de Bochum, en Alemania, analizó los efectos a largo plazo de la infección por COVID-19 entre agosto de 2020 y marzo de 2021. La investigación recogió datos de 73 niños y adolescentes de entre cinco y 18 años, en un solo hospital. Otra limitación del trabajo es que en el grupo de pacientes con COVID no se incluyeron a aquellos con problemas respiratorios graves durante la fase aguda de la infección.
“Aunque los niños y adolescentes tienden a sufrir síntomas menos graves de la infección por COVID-19 que los adultos, hasta la fecha solo hay evidencia preliminar sobre los efectos a largo plazo del covid-19 en la función pulmonar en niños y adolescentes”, matiza Schlegtendal. “Es importante evaluar esto dado que los niños de todo el mundo se infectarán potencialmente con el SARS-CoV-2 siempre que las vacunas estén reservadas predominantemente para adultos y grupos de alto riesgo”.
Los investigadores realizaron pruebas de función pulmonar entre dos semanas y seis meses después de la infección por COVID-19 y compararon los resultados con un grupo de control de 45 niños que no habían sido infectados con el coronavirus, pero que podrían haber tenido alguna otra infección. Los participantes tenían diferentes grados de gravedad de la enfermedad. Una infección se consideró grave si el paciente presentaba disnea, fiebre superior a 38,5 grados centígrados durante más de cinco días, bronquitis, neumonía o permanecía en el hospital durante más de un día.
Diecinueve niños y adolescentes del grupo que había tenido covid-19 presentaron síntomas nuevos o persistentes después de la infección por SARS-CoV-2; ocho refirieron al menos un síntoma respiratorio, seis de los cuales fueron problemas respiratorios continuos y dos tenían tos persistente. Dos de estos ocho pacientes mostraron una función pulmonar anormal.
Infección grave, fuera o no por COVID
“Cuando comparamos a los pacientes con COVID-19 con el grupo de control, no encontramos diferencias estadísticamente significativas en la frecuencia de función pulmonar anormal. Se produjeron en el 16 % del grupo con COVID-19 y en el 28 % del grupo de control. Sin embargo, un análisis más detallado reveló una reducción en la capacidad vital forzada en pacientes que habían sufrido una infección grave, ya fuera covid-19 o alguna otra infección”, explica Schlegtendal.
“Estos hallazgos deberían ofrecer cierta tranquilidad a los niños, adolescentes y sus familias. La gravedad de la infección demostró ser el único predictor de cambios leves en la función pulmonar y esto es independiente de una infección por covid-19. La discrepancia entre los problemas respiratorios persistentes y la función pulmonar normal sugiere que puede haber una causa subyacente diferente, como la respiración disfuncional, que es un problema que también se ha identificado en adultos”.
Vacunar para frenar la transmisión
La presidenta de la Sociedad Respiratoria Europea, Anita Simonds, que es Consultora Honoraria en Neumología en el Hopsital Royal Brompton y profesora en el Imperial College de Londres, considera que los hallazgos de estos trabajos, en los que ella no ha participado, “brindan una importante tranquilidad sobre el impacto de la infección por COVID en la función pulmonar en niños y adultos jóvenes. Ya sabemos que este grupo tiene menos probabilidades de sufrir una enfermedad grave si contraen el virus, y estos estudios, que incluyen de manera importante grupos comparadores sin COVID-19, muestran que también tienen menos probabilidades de sufrir consecuencias a largo plazo con respecto a la función pulmonar”.
Sin embargo, la especialista considera necesario que se realicen más investigaciones sobre los efectos de la COVID-19 en personas con asma o que tienen una infección respiratoria grave, ya sea por la propia COVID o por otro agente infeccioso. “Estas personas pueden ser más vulnerables a los efectos a largo plazo sobre la función pulmonar y subraya la importancia de que todas las personas elegibles se vacunen contra la covid-19 para reducir la propagación general de la enfermedad”.
La dieta cetogénica mejoraría la evolución de la epilepsia en la mitad de los pacientes
La evidencia sobre su manejo en los diferentes tipos de pacientes acaba de ser actualizada en la segunda edición de una guía avalada por seis sociedades científicas.
Se calcula que un tercio de los pacientes con epilepsia no responden a ningún tratamiento farmacológico. Para la mitad de ellos seguir una dieta rica en grasas y pobre en hidratos de carbono, lo que se conoce como dieta cetogénica, podría mejorar la evolución de la enfermedad. Incluso, entre un 15 % y un 20 % de estos pacientes se queda libre de episodios de crisis. Así lo manifestó Consuelo Pedrón Giner, pediatra y miembro de la Sección de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid, en la presentación on line de la segunda edición del Manual para la Práctica de la Dieta Cetogénica, promovida por Nutricia y que cuenta con el aval de seis sociedades científicas neurológicas y de nutrición.
“Esta revisión, actualizada, pretende acercar aún más el conocimiento de este tratamiento nutricional al manejo de la epilepsia refractaria tanto en niños como en adultos”, destacó Pedrón que también es la coordinadora del compendio.
En España, se estima que más de 400 000 personas sufren epilepsia, una enfermedad que es más frecuente en niños y adolescentes, y también en adultos mayores. Aproximadamente, el 35 % de todos ellos padecen epilepsia refractaria. “El 50 % de estos últimos responden a la dieta cetogénica con una disminución de la frecuencia de las crisis superior al 50 %”, lo que supone una mejora en su salud y en su calidad de vida, indicó la especialista.
Mejora aspectos cognitivos
Según Pedrón, “la práctica clínica ha demostrado que esta dieta también mejora los aspectos cognitivos y conductuales de los pacientes. Tienen un mayor nivel de alerta y de atención, y un mejor desarrollo del lenguaje y de las funciones sociales”, indicó. En este sentido, algunos síndromes epilépticos que se dan con frecuencia en la infancia pueden afectar al neurodesarrollo del niño y provocar un deterioro neurocognitivo. De ahí la importancia de considerar el establecimiento precoz de una dieta cetogénica antes de que el deterioro sea irreversible, ya que podría mejorar el pronóstico de diferentes enfermedades.
A juicio de la pediatra, en los pacientes que no son respondedores a otros tratamientos, la dieta cetogénica “debería considerarse de forma precoz porque ha demostrado ser eficaz y presenta muy pocos efectos secundarios”.
En enfermedades metabólicas
La dieta cetogénica está diseñada para imitar los cambios bioquímicos asociados con el ayuno forzando al cuerpo a utilizar la grasa como fuente de energía, una circunstancia que es beneficiosa en el control de las crisis epilépticas. Esta dieta, además, puede considerarse para el manejo de enfermedades metabólicas específicas que pueden generar epilepsia, incluyendo el síndrome por deficiencia del transportador de glucosa de tipo 1 (GLUT-1) y de la piruvato deshidrogenasa (PDH)16, tal como avala la evidencia científica.
El uso de esta dieta cada vez es más amplio, considerándose tanto en adultos como en niños. En el Hospital Niño Jesús han aumentado exponencialmente los casos durante los últimos cuatro años, explica la especialista. Aunque no existe un registro, la especialista calcula que su uso se ha incrementado hasta un 25 %.
Por otro lado, y, pese a que se pensaba que esta dieta podría conllevar efectos secundarios graves en los lactantes, la pediatra ha confirmado que no es así. “Lo que se necesita con estos pacientes es una monitorización muy estrecha por lo que se requiere que los pacientes estén ingresados para poder llevar un control estricto”.
Lactantes y embarazadas
En el caso de las embarazadas, las sociedades científicas han marcado diferentes posicionamientos al respecto que van desde la contraindicación relativa a la absoluta. No obstante, Pedrón subrayó que se debe tener en cuenta que se han descrito casos de gestantes que han llevado dieta cetogénica y han tenido embarazos a término sin problemas o con problemas menores. En ese sentido, asegura que si una mujer con esta dieta se queda embarazada “debemos alarmarnos menos que si no tuviéramos la evidencia que ya tenemos”
Estas son las limitaciones, dificultades y retos de la investigación del cáncer pediátrico
El jefe del Servicio de Hematoncológica Pediátrica del Hospital Universitario la Paz nos cuenta cómo se encuentra en la actualidad la investigación del cáncer pediátrico y cómo ha afectado –y lo hará en los próximos años– la pandemia por la COVID-19.
Cuando una persona de nuestro entorno o a nosotros mismos se nos diagnostica de cáncer, se remueven los cimientos internos de nuestras emociones y comportamientos. Aparece el miedo. No es para menos, es la pandemia silente del último siglo. Sin embargo, es poco probable que conozcamos a algún niño o adolescente con esta enfermedad.
De hecho, las decenas de tipos diferentes de cáncer que acontecen en los más pequeños, son consideradas enfermedades poco prevalentes, raras, huérfanas. Pero el cáncer pediátrico no solo existe, sino que provoca el mayor número de muertes en esta población. Uno de cada cinco niños que fallecen en Europa lo hacen por cáncer, y cada vez constituye una enfermedad más prevalente en los países en vías de desarrollo. Pero la conciencia social profunda de la existencia del cáncer en menores y su dimensión debería llevar implicado un espíritu de reacción y transformación.
Aún estamos lejos de la remisión completa del cáncer infantil y sin secuelas. Aproximadamente dos de cada tres niños que superan el cáncer van a presentar efectos adversos importantes
Desde que hace algo más de 70 años, en 1948, Sidney Farber reportara las primeras curaciones transitorias de leucemia en niños con uno de los fármacos quimioterápicos iniciales (aminopterina), hasta que Shannon Maude en 2018 publicara como el tisagenlecleucel –un medicamento celular de terapia avanzada– inducía remisiones en leucemias intratables, también en niños, ha sido la investigación la que ha permitido generar esperanzas de que este siglo, y durante las próximas décadas, se pueda alcanzar la curación de estas enfermedades.
No obstante, aún estamos lejos de la remisión completa y sin secuelas. Aproximadamente dos de cada tres niños que superan el cáncer van a presentar efectos adversos importantes. Más de medio millón de adultos en este momento son supervivientes a un cáncer en edad pediátrica, pero el precio es una elevada cronicidad y dependencia del sistema sanitario de por vida.
El cáncer pediátrico no es igual que el adulto
En la actualidad, la mayoría de los fármacos que utilizamos en el tratamiento del cáncer infantil todavía no están autorizados en población pediátrica y se hacen por homología en la población adulta. Apenas 9 de los 150 fármacos desarrollados como tratamientos contra el cáncer han sido aprobados en población pediátrica en la última década.
Hay que dejar claro que los niños no son adultos pequeños ni los cánceres en ellos son iguales que los que ocurren en población adulta.
El desinterés de la industria farmacéutica por la investigación en cáncer pediátrico basado en su baja prevalencia, apenas un 0,9 % del cáncer de adultos, es uno de los principales retos a los cuales tenemos que enfrentarnos.
Para ello, hay que establecer alianzas equilibradas no basadas en criterios de prevalencia sino de impacto social y valores. Y con una estrategia basada en un objetivo común: la curación completa, con tratamientos adaptados a las características únicas de la edad pediátrica que además garanticen estados de salud permanente y sin efectos secundarios.
La importancia de la investigación académica
Hoy en día no existe la especialidad de oncología pediátrica ni un plan formativo al respecto de los pediatras internos residentes que quieran realizar esta especialidad en nuestro país. Este hecho, junto con el modelo actual de gestión sanitaria territorial, genera una gran heterogeneidad y discrepancia entre los equipos que atienden esta patología en los más de 50 hospitales de nuestro país.
La dispersión territorial de los pacientes que sufren enfermedades raras y la ausencia de concentración del conocimiento y experiencia dificulta la incorporación en estudios internacionales y la implementación de nuevas estrategias como la medicina personalizada, las terapias avanzadas y el desarrollo de la investigación en cáncer infantil.
Por tanto, el reto de las sociedades científicas e instituciones académicas pediátricas que atienden el cáncer infantil es doble. Por un lado, establecer alianzas entre la investigación clínica de las biofármaceúticas con la investigación académica; y por otro, asesorar a los responsables de la administración y a la sociedad para un cambio de modelo de gestión de las enfermedades raras. Esta medida sin duda impactaría positivamente de manera costo-efectiva en los recursos siempre limitados.
Salud medioambiental y cáncer infantil
Igualmente, acciones dirigidas a evitar factores ambientales como el consumo de alcohol, tabaco, alimentación desequilibrada y el sedentarismo podrían evitar el 40 % de los cánceres de adultos. El cáncer es una enfermedad más fácil de prevenir que de curar. Pero en niños estos factores preventivos no son aplicables.
La incorporación de la salud medioambiental, la genética y la epigenética, tanto en el diagnóstico como durante el tratamiento y hasta la atención a los largos supervivientes, constituye un reto aún en desarrollo
Ahora bien, otros efectos indirectos medioambientales como la exposición a tóxicos por vertidos o daños en infraestructuras podrían desempeñar un papel importante junto con la predisposición genética en esta enfermedad, reportada en el 10 % de todos los cánceres en niños.
Así, la incorporación de la salud medioambiental, la genética y la epigenética, tanto en el diagnóstico como durante el tratamiento y hasta la atención a los largos supervivientes, constituye un reto aún en desarrollo.
Nuevos tratamientos: inmunoterapia y medicina personalizada
Junto con la cirugía, radioterapia, quimioterapia y el trasplante hematopoyético, la inmunoterapia emerge como una estrategia terapéutica importante que ya ha demostrado su eficacia en el neuroblastoma, el linfoma de Burkitt y en la leucemia aguda linfoblástica pediátrica.
Su implementación en el sistema sanitario está siendo gradual, fuente de impulso para valorar y apoyar la investigación académica, fundamentalmente por el interés de las instituciones de abaratar los costes elevados promovidos por el retorno de la inversión realizada por parte de la industria farmacéutica.
La implementación del diagnóstico molecular del tumor pediátrico en profundidad, junto con las características del paciente pediátrico que tiene el tumor, es sin duda una de las tareas aún pendientes en nuestro país, y que podría mejorar la supervivencia en algunos cánceres pediátricos, así como impactar en los costos derivados de tratamientos innecesarios y en el ahorro por efectos adversos a medio y largo plazo.
El impacto de la COVID-19 en esta enfermedad
Durante la pandemia, sobre todo las primeras olas, reinó un desconcierto provocado por la incertidumbre, el miedo y el desconocimiento. Esto trajo la modificación sustancial durante algunos meses de la gestión sanitaria, con retrasos diagnósticos y cambios en el manejo y monitorización de los pacientes con cáncer.
El impacto de la COVID-19 en términos de supervivencia en los niños con cáncer fue importante sobre todo en países en vías de desarrollo y en los pacientes pediátricos con mayor vulnerabilidad inmunológica o comorbilidades asociadas. Ahora bien, también está siendo una oportunidad para explorar estrategias terapéuticas desarrolladas para el tratamiento de infecciones virales.
Si asumiéramos el cáncer con la misma profundidad que la mayoría de la sociedad ha asumido la COVID-19, probablemente en pocos años estaríamos hablando de la curación completa de muchos tipos de cáncer a través de la investigación, expreso Antonio Pérez Martínez.
La pandemia constituye un ejemplo importante de la capacidad de resiliencia de nuestra sociedad, y de un claro exponente de cómo se puede acelerar la investigación cuando existe conciencia social profunda y transformadora y la necesidad así lo requiere. Las vacunas para el SARS-CoV-2 se han desarrollado en meses, siendo ahora un arsenal eficaz para prevenir las formas graves de la enfermedad.
Esto puede verse como una gran oportunidad para trasformar la visión de la sociedad hacia la ciencia y los científicos, y establecer los canales para que sean ellos los líderes impulsores del desarrollo equilibrado y sostenible.
Antonio Pérez Martínez es jefe del Servicio de Hematooncología Pediátrica del Hospital Universitario la Paz y coordinador del grupo de Trabajo CART del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético. Es el investigador principal del Grupo de Investigación Traslacional en Cáncer Infantil, Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Paz (idiPAZ) (2013) y responsable de la Unidad de Investigación Clínica en Oncohematología Infantil acreditada por el consorcio europeo Innovative Therapies For Children with Cancer (ITCC) (2016).
La desnutrición aumenta un 30 % el riesgo de infección
Los niños con desnutrición pueden presentar complicaciones infecciosas y estancias más largas en el hospital después de una cirugía. Para abordar este tema, Danone Specialized Nutrition lanza la campaña ‘Rompe el Círculo’ con la que pretende concienciar de la relación bidireccional entre la desnutrición y la infección, especialmente en la infancia.
Existe un círculo vicioso entre la desnutrición y la infección. Mientras las infecciones exacerban la desnutrición, esta aumenta el riesgo de infección en un 30 %.
Diversos estudios han confirmado que las enfermedades por deficiencia alimentaria pueden reducir la resistencia del organismo a las infecciones y afectar de modo adverso el sistema inmunológico. Al mismo tiempo, también se ha demostrado que los niños con desnutrición presentan complicaciones infecciosas más frecuentes y estancias más largas en el hospital después de una cirugía. Con el objetivo de llamar la atención sobre el papel de la desnutrición en la evolución de las infecciones pediátricas, Danone Specialized Nutrition ha puesto en marcha la campaña ‘Rompe el Círculo’, para reflejar, además, la importancia del diagnóstico temprano de la desnutrición en pediatría y de derivar al paciente, cuanto antes, al especialista.
Cualquier infección es más frecuente en un niño con mal estado nutricional
“A la hora de abordar la desnutrición infantil, el papel de los pediatras de Atención Primaria es clave, pues son la puerta de entrada al sistema sanitario.
Son ellos los que primero pueden actuar frente a la desnutrición, detectando problemas orgánicos subyacentes y/o matizando comportamientos poco saludables. Y, en caso de que el paciente pueda beneficiarse, serían ellos los que iniciarían los trámites de la derivación al especialista”, indica el doctor Iván Carabaño, médico adjunto del servicio de Pediatría del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
Una vez realizada la derivación a gastropediatría o a nutricón , “los especialistas, si están capacitados en nutrición clínica, van a facilitar que los niños en situación de riesgo nutricional no inclinen su balanza hacia un escenario de carencia, sino que consigan equilibrarlo de una manera razonable y con pautas de nutrición específicas”, remarca el doctor Carabaño.
La relación entre desnutrición e infección es bidireccional. Por un lado, los cambios en la microbiota intestinal relacionados con la desnutrición comprometen la función inmune1, mientras que las deficiencias de proteínas y micronutrientes comprometen las funciones inmunes innatas y adaptativas.
Por otro lado, la infección aumenta el riesgo de desnutrición debido al gasto metabólico de la activación inmunitaria, por su efecto directo -como, por ejemplo, con la pérdida de nutrientes durante una diarrea-, así como por la potencial suspensión del apoyo nutricional en lactantes críticamente enfermos.
“Las infecciones graves más prevalentes a nivel mundial en el colectivo infantil afectado por la desnutrición son tres: diarrea, neumonía y sarampión, y estos tres procesos conllevan en estos niños una gran letalidad. Pero, realmente, cualquier infección es más frecuente en un niño con mal estado nutricional”, explica el especialista.
Soporte nutricional temprano
Una intervención nutricional temprana en los niños con desnutrición aumenta la posibilidad de obtener mejores resultados. “La precocidad en la restauración de un buen estado nutricional es, sin duda, un factor muy importante. Incluso, en ciertas situaciones de riesgo, el pediatra se ha de anticipar a la aparición de una desnutrición, pues la optimización del estado nutricional va a mejorar la recuperación del niño”, dice el doctor Carabaño.
En esta línea, tener en cuenta el valor que aporta cada nutriente al sistema inmunitario del paciente es fundamental en el abordaje de la desnutrición, especialmente en la desnutrición infantil. Por eso, el objetivo del tratamiento nunca debe ser la simple ganancia de peso, sino lograr un aporte adecuado de cada nutriente para un buen desarrollo.
“Siempre que sea posible, el soporte nutricional de elección será la nutrición enteral. Por razones obvias, dentro de las opciones enterales, nos decantaremos por la oral. Si esta fuera imposible, se podría recurrir a ofrecer los aportes a través de una sonda, que lleve la alimentación directamente hasta el estómago, o hasta el intestino delgado.
Cuando la alimentación no pueda llegar al aparato digestivo, se recurrirá a la llamada nutrición parenteral, que es la que se ofrece directamente a través de una vena”, concreta el especialista del Hospital 12 de Octubre.
Por último, el experto incide en que, en el colectivo infantil, los estilos de vida saludables son el factor preventivo más importante a la hora de reducir la prevalencia de enfermedades no transmisibles en un futuro, en especial, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
“En este orden de cosas, garantizar una nutrición apropiada para cada niño, atendiendo a sus problemas y necesidades, ha de ser uno de los objetivos prioritarios de salud para cualquier población que se marque un horizonte mejor. En nuestras manos está que así sea”, ultima el doctor Carabaño.
Biontech-Pfizer afirman que su vacuna es segura en niños de 5 a 11
La vacuna de Biontech-Pfizer demostró ser segura para niños de cinco a 11 años y brinda una respuesta inmune estable, según afirmaron recientemente las dos empresas.
Añadieron que los datos del estudio clínico estarán disponibles lo antes posible para la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) estadounidense.
«Estamos contentos de poder presentar a las autoridades de aprobación antes del comienzo de la temporada invernal los datos para el grupo de niños en edad escolar», cita un comunicado al presidente de la empresa alemana Biontech, Ugur Sahin.
A diferencia del grupo de niños de más de 12 años, a los de cinco a 11 años les fue inoculado para el estudio clínico de la fase 2-3 solo un tercio de la dosis. Las dos dosis fueron aplicadas con un intervalo de tres semanas.
«Las reacciones de anticuerpos de los participantes a quienes les fue administrada una dosis de diez microgramos fue comparable con las de aquellos de un estudio anterior de Pfizer-Biontech en personas de 16 a 25 años que recibieron una dosis de 30 microgramos», informaron las empresas.
De acuerdo al comunicado, los efectos secundarios también fueron comparables a los del grupo de personas de más edad. Se espera que los resultados de otros dos grupos de participantes de dos a cinco años así como de seis meses a dos años estén disponibles en el cuarto trimestre de 2021.
En el estudio participaron un total de 4 500 niños de 6 meses a 11 años en más de 90 clínicas de Estados Unidos, Finlandia, Polonia y España. Los datos del grupo de cinco a 11 años pertenecen a 2 268 participantes.
septiembre 20/2021 (dpa) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Si hay una vacuna anti COVID para confiar, es la cubana
Si hay una vacuna anti-COVID en la que el mundo entero puede confiar es la cubana, afirmó Elia Maritza Rodríguez, cuya nieta fue inmunizada en la campaña de vacunación que continúa en Cuba.
En declaraciones a Prensa Latina, Rodríguez aseguró que la administración del fármaco nacional Soberana 02 a niños de dos a 11 años de edad que comenzó la víspera en la isla caribeña es un sueño acariciado.
«Es un sueño muy acariciado por nuestro país de que nuestros niños en edades tan tempranas se puedan vacunar y que garantizan su vida, su salud y la protección contra esa enfermedad. La familia cubana reconoce el esfuerzo de muchas personas para lograr esas vacunas», comentó.
Al acompañar la víspera a su nieta de seis años, estudiante de la escuela unificada (primaria y secundaria) Felipe Poey Aloy de esta capital, recordó que contamos con una plataforma creada hace tiempo en materia de campañas de vacunación de la población y, a su juicio, es reflejo del empeño de la Revolución para el desarrollo de la salud.
«Nosotros estamos vacunados desde que estamos en la barriga de nuestra madre. Quizás el mundo nos critique de que orgullosamente somos el primer país del mundo que está vacunando a sus niños, porque tenemos una base científica para el desarrollo de esa vacuna», enfatizó.
Ante los cuestionamientos sobre la administración de los fármacos anti-COVID en menores de 18 años, instó a esas personas a documentarse acerca de todos los beneficios que pueden aportar en ese grupo etario para protegerlos de la enfermedad, y a confiar en todo lo que hace la ciencia cubana por la salud de nuestros niños.
El pasado 3 de septiembre, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), autoridad reguladora nacional, aprobó la primera campaña de inmunización masiva anti-COVID-19 para niños de dos a 18 años,
Un día después, menores de entre 12 y 18 años recibieron la primera dosis de Soberana 02, proceso previsto hasta el 5 de noviembre.
Además del esquema de esta última más una tercera dosis de refuerzos de Soberana Plus aplicada a ese grupo etario, cuya eficacia fue de 91, 2 por ciento contra la enfermedad sintomática en su análisis fase III; los estudiantes de grado 12, tercer año de la enseñanza técnico-profesional así como del último año de formación pedagógica reciben Abdala.
Esta última, diseñada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, fue la primera vacuna cubana y de América Latina en recibir la autorización para uso en emergencia, tras demostrar 92,28 de eficacia.
El propósito declarado por Cuba es que toda la población apta para ser vacunada contra la COVID-19 reciba al menos una dosis de cualquiera de los esquemas autorizados antes de finalizar el mes de septiembre.
septiembre 17/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Camboya comienza a administrar la vacuna anti COVID a niños de 6 a 12 años
Camboya comenzó este viernes a inmunizar a niños de 6 a 12 años contra el coronavirus, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no ha recomendado aplicar la vacuna anti-COVID a menores.
El nieto del primer ministro, Hun Sen, se halló este viernes entre los primeros que recibieron una dosis de la vacuna china Sinovac ante los periodistas en Phnom Penh.
«Es necesario que hagamos esto porque tenemos que salir adelante», declaró Hun Sen.
El país del sudeste asiático planea administrar dos dosis de Sinovac a niños de entre 6 y 12 años, así como una dosis de refuerzo más adelante.
Camboya ha vacunado a cerca del 72 % de sus 16 millones de habitantes con dos dosis, mientras que el 98 % de los adultos ha recibido su primera dosis, según el Ministerio de Sanidad.
Sinovac ha sido aprobada para su uso en adultos en más de 50 países, pero hasta ahora solo China la había autorizado en niños. Incluso, el gobierno chino comenzó a ponérselo a niños de tres años en adelante.
Según la OMS, aún no se han probado los beneficios de inmunizar a los niños menores de 12 años.
«Se necesitan más datos sobre el uso de las diferentes vacunas COVID-19 en niños para poder hacer recomendaciones generales», señaló la agencia de salud de Naciones Unidas.
septiembre 17/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Los síntomas prolongados de COVID en los niños rara vez persisten más allá de las 12 semanas
Los síntomas de COVID prolongados rara vez persisten más allá de las 12 semanas en niños y adolescentes, a diferencia de los adultos. Sin embargo, se necesitan más estudios para investigar el riesgo y el impacto de la COVID prolongada en los jóvenes para ayudar a orientar las decisiones sobre la política de vacunación, según una revisión dirigida por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI), en Australia.
La revisión, publicada en la revista Pediatric Infectious Disease Journal, encontró que los estudios existentes sobre la COVID prolongada en niños y adolescentes tienen importantes limitaciones y algunos no muestran una diferencia en los síntomas entre los que han sido infectados por el SARS-CoV-2 y los que no.
Estos datos llegan cuando un nuevo informe de investigación del MCRI sobre el COVID-19 afirma también que, tras 10 meses en circulación, la cepa Delta no había causado una enfermedad más grave en los niños que las variantes anteriores y que la mayoría de los casos seguían siendo asintomáticos o leves.
Sin embargo, descubrió que los niños y adolescentes con condiciones de salud preexistentes, incluyendo la obesidad, la enfermedad renal crónica, la enfermedad cardiovascular y los trastornos inmunológicos tienen un riesgo 25 veces mayor de COVID-19 grave. Una reciente revisión sistemática informó de que la COVID-19 grave se produjo en el 5,1 % de los niños y adolescentes con enfermedades preexistentes y en el 0,2 % sin ellas.
El profesor del MCRI, Nigel Curtis explica que, aunque los niños con infección por SARS-CoV-2 solían ser asintomáticos o tener una enfermedad leve con bajas tasas de hospitalización, el riesgo y las características de la COVID larga no se conocían bien.
«Los estudios actuales carecen de una definición clara de los casos y de datos relacionados con la edad, tienen tiempos de seguimiento variables y se basan en los síntomas comunicados por los propios padres o por ellos mismos sin confirmación de laboratorio –señala–. Otro problema importante es que muchos estudios tienen bajas tasas de respuesta, lo que significa que podrían sobreestimar el riesgo de COVID prolongado».
Por su parte, la doctora Petra Zimmermann, del MCRI y de la Universidad de Friburgo, en Suiza, señala que los síntomas de la COVID-19 prolongada eran difíciles de distinguir de los atribuibles a los efectos indirectos de la pandemia, como el cierre de los colegios, no ver a los amigos o no poder hacer deporte o aficiones.
«Esto pone de relieve por qué es fundamental que los futuros estudios incluyan grupos de control más rigurosos, que incluyan a los niños con otras infecciones y a los ingresados en el hospital o en cuidados intensivos por otros motivos», añade.
La revisión dirigida por el MCRI analizó 14 estudios internacionales en los que participaron 19 426 niños y adolescentes que informaron de síntomas persistentes tras la COVID-19. Los síntomas más comunes notificados entre cuatro y 12 semanas después de la infección aguda fueron dolor de cabeza, fatiga, trastornos del sueño, dificultades de concentración y dolor abdominal.
El profesor Curtis, que también es catedrático de enfermedades infecciosas pediátricas en la Universidad de Melbourne y jefe de enfermedades infecciosas en el Royal Children’s Hospital, subraya que es tranquilizador que haya pocas pruebas de que los síntomas persistieran más de 12 semanas, lo que sugiere que la COVID prolongada podría ser menos preocupante en niños y adolescentes que en adultos.
Sin embargo, afirma que se necesitan urgentemente más estudios para fundamentar las decisiones políticas sobre las vacunas contra la COVID en niños y adolescentes.
«El bajo riesgo que supone la enfermedad aguda significa que uno de los principales beneficios de la vacunación contra la COVID en niños y adolescentes podría ser protegerlos de la COVID larga –apunta-. Una determinación precisa del riesgo de COVID larga en este grupo de edad es, por tanto, crucial en el debate sobre los riesgos y beneficios de la vacunación».
El informe del MCRI sobre la COVID-19 también confirmó las lagunas de investigación en torno al papel de la variante Delta en la enfermedad de la COVID-19 en niños y adolescentes.
El profesor Andrew Steer, copresidente del Grupo de Gobernanza de COVID-19 del MCRI, advierte de que, dado que la variante Delta es más transmisible, hace que el control de los brotes en la comunidad sea difícil si no se aplican estrategias de mitigación del riesgo.
«Se necesitan más datos para describir la carga de COVID-19 en niños y adolescentes tras la aparición de la variante Delta, altamente transmisible, y porque se ha dado prioridad a los adultos para las vacunas --apostilla–. A medida que se reducen las restricciones y aumenta la circulación de otros virus respiratorios, también debemos comprender si la coinfección con otros virus respiratorios, como el VRS o la gripe, aumenta la gravedad de la enfermedad en los jóvenes».
Pero el profesor Steer precisa que los padres deberían estar tranquilos porque la enfermedad causada por la variante Delta sigue siendo asintomática o leve en la gran mayoría de los niños y adolescentes y las hospitalizaciones siguen siendo poco frecuentes.
septiembre 17/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
La lactancia materna se asocia con una presión arterial más baja en la primera infancia
Según un estudio de la American Heart Association, incluso un breve período de lactancia materna es beneficioso para evitar problemas cardiovasculares como la presión arterial alta.
Los bebés que fueron amamantados, aunque solo durante unos días, tenían una presión arterial más baja que los alimentados exclusivamente con leche de fórmula, según una investigación publicada recientemente en la revista de la American Heart Association.
El estudio también ha confirmado que la lactancia materna está asociada con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad adulta. Sin embargo, la cantidad y la duración de la lactancia materna necesaria para lograr un beneficio cardiovascular no está del todo clara.
«Este es el primer estudio que evalúa la asociación de la lactancia materna en los primeros días de vida y la presión arterial en la primera infancia», ha explicado Kozeta Miliku, autora principal del estudio y doctora en Medicina, Kozeta Miliku.
Añade que los bebés que recibieron incluso una cantidad relativamente pequeña de calostro tenían una presión arterial más baja a los 3 años de edad, “independientemente de cuánto tiempo fueron amamantados o cuándo recibieron otros alimentos complementarios».
Más de 2 400 niños
Los investigadores utilizaron datos del Estudio de cohorte CHILD canadiense en curso. Se trata de un estudio de más de 3 000 niños que nacieron entre 2009 y 2012 y que se ha seguido desde entonces para comprender cómo las experiencias de la vida temprana dan forma a la salud y el desarrollo. Analizaron la información sobre alimentación infantil de casi 2 400 niños.
Entre esos niños, el 98 % fueron amamantados (un 4 % solo recibieron lactancia materna durante la estancia en el hospital). Entre los niños amamantados, el 78 % tomaron leche materna seis meses o más, y el 62 % fueron amamantados exclusivamente con lactancia materna durante tres meses.
Conclusiones
A los 3 años, los niños que nunca fueron amamantados tenían medidas de presión arterial más altas (promedio de 103/60 mm Hg), en comparación con aquellos que sí tomaron leche materna (promedio de 99/58 mm Hg).
Entre los bebés que solo recibieron lactancia materna durante su estancia en el hospital, las medidas de presión arterial también fueron más bajas (promedio de 99/57 mm Hg) en comparación con los que nunca fueron amamantados (promedio de 103/60 mm Hg).
La presión arterial entre los niños pequeños que habían sido amamantados era más baja independientemente de su índice de masa corporal a los 3 años o de los factores sociales, de salud o de estilo de vida de sus madres.
Según Meghan B. Azad, autora principal del estudio, subdirectora del Estudio de cohorte CHILD y profesora asociado de pediatría y salud infantil en la Universidad de Manitoba, los beneficios de la lactancia materna exclusiva y sostenida están bien documentados para numerosas afecciones de salud (infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas durante la infancia y afecciones crónicas como el asma y la obesidad en etapas posteriores de la vida).
«Nuestro estudio sugiere que, para los resultados cardiovasculares como la presión arterial, un breve período de lactancia materna es beneficioso. Esto apunta al calostro como un factor clave en la configuración de los procesos de desarrollo durante el período neonatal. Por muchas razones, la lactancia materna sostenida debe apoyarse firmemente y también es importante entender que ‘cada gota cuenta’, especialmente en esos primeros días críticos de vida», concluye.
El debilitamiento de las células T, posible origen del SIM por COVID-19 en niños
Mediados de 2020 y primeros meses de 2021. Niños de numerosos países del mundo comienzan a presentar una afección muy similar a la enfermedad de Kawasaki que obligaba, a algunos, a ser ingresados en unidades de intensivos.
Pocos meses después, y tras el reporte, muy escaso, de fallecimientos –básicamente porque no se establecía un diagnóstico diferencial adecuado-, se confirma que el cuadro está ligado a la infección por SARS-CoV-2 y se le otorga ‘nombre y apellidos’ concretos: síndrome inflamatorio multisistémico en los niños (MIS-C).
Este cuadro, que afecta a distintos sistemas (gastrointestinal, piel y mucosas y en los casos más graves, aunque afortunadamente muy infrecuentes, afectación cardíaca en forma de miocarditis) aparece claramente después de pasar el coronavirus, en torno a las cuatro semanas posteriores a la infección aguda, momento en el que la PCR (reacción en cadena de polimerasa), puede incluso aparecer como negativa. Ya no está activa al virus porque el síndrome es una respuesta inflamatoria del organismo, lo que podría considerarse como una secuela tardía de la COVID-19 en niños.
Incidencia anecdótica, pero preocupante
A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), mantuvo que la incidencia de este cuadro inflamatorio multisistémico era anecdótica, solicitó a centros médicos de todo el mundo que investigarán esa conexión, “ante la hipótesis de que este ‘shock’ tóxico o enfermedad de Kawasaki pudiera estar relacionado con la COVID-19. Es por tanto urgente caracterizar este síndrome para entender sus causas y efectos», señalaba el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ante lo que calificaron como necesidad urgente de recopilar datos estandarizados que describieran las presentaciones clínicas, la gravedad, los resultados y la epidemiología de este nuevo síndrome, la OMS creó un grupo de trabajo con expertos internacionales.
Uno de ellos, el español Pablo Rojo, de la Unidad de Enfermedad Infecciosa Pediátrica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, destacaba a través de DM un mensaje, de tranquilidad: los casos eran escasos y se mantuvieron estables desde la primera ola de la pandemia. «Además, aunque algunos tienen que entrar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), dos o tres días, su evolución es muy buena, igual que la del resto de afectados que no requiere asistencia intensiva”.
Los datos de los especialistas que conforman el grupo de trabajo de la OMS señalan que el SIM-C ocurre en menos de uno de cada 100 000 niños –en Estados Unidos se han notificado más de 2 600 casos desde que comenzó la pandemia-, cifras que se siguen manteniendo estables, pero que no permiten bajar la guardia en cuanto a desvelar por qué se produce este cuadro inflamatorio.
Nuevos y esclarecedores datos
Una nueva investigación, publicada en Nature Communications, desvela ahora una importante pista sobre su origen y desarrollo: el agotamiento de las células T por exposición permanente a patógenos en los pacientes con MIS-C es uno de los posibles factores que impulsan esta enfermedad.
Este fenómeno sugiere que “un aumento tanto de las células NK (‘natural killer’ o asesinas naturales) como de las células T CD8+ agotadas podría mejorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria, dice Noam Beckmann, del Centro de Investigación del Hospital Mount Sinaí de Nueva York (Estados Unidos) y coautor del trabajo.
En el mismo, señalan que han encontrado nueve reguladores clave de esta red de los que se sabe que tienen asociaciones con la funcionalidad de las células NK y las células T CD8+ agotadas. “Uno de esos reguladores, TBX21, es una prometedora diana terapéutica porque sirve de coordinador maestro de la transición de las células T CD8+ de eficaces a agotadas», señala el investigador.
Aunque desde la aparición de los primeros casos de este síndrome se sugirió un factor autoinmune como causa subyacente, los genes específicos, las vías y los tipos de células concretas seguían siendo desconocidos.
A través de este nuevo trabajo de expresión génica, los investigadores han dado un paso importante, mediante secuenciación del ARN de muestras sanguíneas, al proporcionar al campo nuevas vías de exploración que implican complejas redes y subredes de genes que construyeron a partir de casos pediátricos de MIS-C.
Para Beckmann, y según han podido observar en el análisis, una de las implicaciones más significativas de estas redes de genes suponía la supresión de dos tipos de células inmunitarias: las células asesinas naturales (NK) y las células T CD8+. “Investigaciones anteriores demostraron que cuando las células T CD8+ se exponen de forma persistente a los patógenos, entran en un estado de «agotamiento», lo que provoca una pérdida de su eficacia y capacidad de proliferación”.
Se considera así que las células T CD8+, concretamente, se encuentran en este estado de agotamiento, lo que podría debilitar la respuesta inmunitaria inflamatoria. “Además, un aumento de las células NK también se asocia a las células T CD8+ agotadas”.
Este síndrome no suele afectar a lactantes o al niño muy pequeño. La edad típica de sospecha y más característica se centra en la edad escolar, entre 5 y 12 años, aproximadamente, aunque también se han notificado casos de niños de 12 meses y de 16 años, sin enfermedad de base.
Prevenir la infección
El mensaje, según explicaba Rojo a DM, es “prevenir la infección hasta que las vacunas se generalicen”, pero si el niño se ha infectado, la primera recomendación es buscar atención pediátrica en el centro de salud.
Si la sintomatología persiste -fiebre muy alta (entre 39 o 40 grados), decaimiento sostenido, cuadro abdominal (deposiciones líquidas y vómitos) y con frecuencia exantema o conjuntivitis, entre otros, acudir directamente a la urgencia de un hospital.
Aumentan trastornos alimentarios de jóvenes alemanes en la pandemia
Los casos de obesidad infantil tratados en hospitales de Alemania subieron en un 60 por ciento en 2020, durante la pandemia de coronavirus, señala un estudio de la aseguradora pública de salud DAK al que tuvo acceso dpa.
El reporte añade que también se incrementaron los casos de anorexia y bulimia. Para el estudio se examinaron informes hospitalarios anonimizados de casi 800 000 niños y adolescentes de hasta 17 años asegurados por DAK.
«Los datos sobre las enfermedades muestran las alarmantes consecuencias de la pandemia para la salud de los niños y adolescentes», comentó en un comunicado Andreas Storm, director general de la aseguradora.
El número de pacientes jóvenes con sobrepeso aumentó considerablemente tras un descenso registrado durante el confinamiento en la primavera europea de 2020.
La cifra de niños y adolescentes con insuficiencia ponderal grave, es decir que tenían un peso muy por debajo del considerado saludable, aumentó un 35 por ciento el año pasado.
Los trastornos alimentarios tratados en régimen de internamiento, como la bulimia y la anorexia, se incrementaron significativamente mientras duraron las restricciones, con un aumento interanual del diez por ciento.
En general, un número ligeramente mayor de niños y adolescentes con un diagnóstico de diabetes tipo 1 fueron tratados como pacientes hospitalizados.
Por el contrario, los casos de enfermedades infecciosas se redujeron considerablemente gracias a las restricciones de contacto y las medidas de higiene. Por ejemplo, los tratamientos hospitalarios por infecciones intestinales virales bajaron en un 80 por ciento.
Storm reclamó que el nuevo gobierno que surja de las próximas elecciones en Alemania forme una comisión para ocuparse del tema. «La política y la ciencia deben analizar los efectos de la pandemia de coronavirus y desarrollar conceptos a largo plazo», recalcó.
septiembre 09/2021 (dpa) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
El sobrepeso y la obesidad pueden afectar a la respuesta de los niños asmáticos a los esteroides inhalados
Los niños asmáticos tienen menos probabilidades de responder a la medicación con esteroides inhalados si tienen sobrepeso u obesidad, lo que provoca ataques de asma más frecuentes, según una investigación presentada en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea.
El estudio internacional es el primero que utiliza información sobre variantes genéticas relacionadas con el índice de masa corporal (IMC) para investigar si una mala respuesta a los corticosteroides inhalados (CSI) se debe al exceso de peso o a otros factores, como vivir en barrios con mala calidad del aire o estar expuesto al humo del tabaco.
La doctora Cristina Longo, que era becaria postdoctoral en el Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) cuando llevó a cabo la investigación, y que ahora es profesora adjunta en la Universidad de Montreal (Quebec, Canadá), señala que «sabemos que los niños con asma, cuyos síntomas están mal controlados, tienden a ganar peso. Esto se debe posiblemente a que hacen menos ejercicio. Los niños asmáticos con sobrepeso u obesidad son más propensos a tener peores síntomas a pesar de estar bajo el tratamiento recomendado de corticoides inhalados, lo que hace que no solo sea un reto conseguir un peso saludable, sino también mejorar su calidad de vida».
«Las directrices de tratamiento recomiendan los corticoides para los niños con asma que tienen un IMC superior al normal. Nuestro grupo de investigación consideró que el enfoque de talla única para tratar a los niños con asma con esteroides inhalados como tratamiento de primera línea, en particular a los que tienen exceso de peso, merece una revisión», añade.
Por ello, subraya que, «como mínimo, debe fomentarse y priorizarse la investigación que identifique posibles tratamientos alternativos, especialmente porque el 30 % de los niños con asma también son obesos. Con el aumento de la epidemia de obesidad infantil, esperamos que este porcentaje aumente, lo que significa que este problema de mal control se verá con más frecuencia en la práctica clínica habitual».
La doctora Longo y sus colegas utilizaron los datos de 1 511 niños con asma, de entre dos y 16 años, procedentes de cinco estudios. Todos los niños utilizaban CSI y una respuesta deficiente se definió como uno o más ataques de asma que requerían atención médica urgente y/o un curso de corticosteroides orales.
Los investigadores obtuvieron información sobre la edad y el sexo del niño, el diagnóstico de asma, las características del asma (por ejemplo, la medicación y las exacerbaciones recientes), el IMC, las alergias, la exposición a desencadenantes ambientales nocivos como el tabaquismo y las variantes genéticas vinculadas al estado del IMC que se identificaron a partir del ADN extraído de muestras de sangre, saliva o hisopos nasales. Desarrollaron una «puntuación de riesgo», en la que cuantas más variantes genéticas relacionadas con el IMC tuviera un niño, mayor sería su puntuación.
Utilizaron la puntuación de riesgo genético para predecir los aumentos y disminuciones de las puntuaciones z del IMC de los niños. La puntuación z del IMC calcula en qué medida y en qué dirección se desvía el IMC de cada niño del valor medio «normal» para un niño de la misma edad y sexo que crece a un ritmo saludable.
Una puntuación z del IMC superior a 1 sugiere que el niño corre el riesgo de tener sobrepeso, una puntuación superior a 2 sugiere que el niño tiene sobrepeso y una puntuación superior a 3 sugiere que el niño es obeso.
La doctora utilizó las puntuaciones z del IMC previstas para evaluar las diferencias entre los niños en cuanto a su respuesta a los CSI, un enfoque conocido como «aleatorización mendeliana». Si había más ataques de asma en los niños con una puntuación z de IMC alta (es decir, tenían más variantes genéticas relacionadas con la susceptibilidad a una puntuación z de IMC más alta y tenían sobrepeso u obesidad) que en los niños con una puntuación z de IMC baja, significaba que lo más probable era que esto se debiera a su IMC y no a otros factores externos o ambientales.
«En los 1 511 niños con asma que tomaban CSI, la puntuación z media del IMC era de 0,69 y 318 (21 %) eran obesos. Aunque la respuesta deficiente a los CSI osciló entre el 20 % y el 80 % entre los cinco estudios internacionales, mostramos de forma consistente que la proporción de niños con respuesta deficiente a los CSI se duplicó con cada aumento de una unidad en la puntuación z del IMC», señala.
«Estos resultados sugieren que los médicos deben adoptar un enfoque más personalizado para tratar a los niños con sobrepeso y obesidad, prosigue. Los pediatras y los especialistas en asma deben ser conscientes de que los niños con mayor IMC podrían estar tomando CSI sin ningún beneficio. Sin embargo, queda por investigar si los tratamientos alternativos, como los biológicos, son más eficaces en este subgrupo de niños».
«Para los niños y sus padres, nuestros resultados arrojan luz sobre las razones por las que algunos niños pueden no estar respondiendo a su inhalador de esteroides como se esperaba, especialmente si están teniendo ataques de asma más frecuentes de lo esperado después de comenzar esta terapia , asegura. Nuestros resultados también podrían ser el catalizador que los padres y sus hijos necesitan para modificar su dieta y aumentar el ejercicio. Esto podría mejorar el estado del IMC del niño y su respuesta a los esteroides inhalados».
En una presentación relacionada con la reunión, la doctora Longo investigó si las variantes genéticas que anteriormente se habían asociado a una mala respuesta a los CSI eran más comunes en los niños asmáticos obesos que en los no obesos.
«Descubrimos que una variante concreta del gen NEGR1 era significativamente más frecuente en los niños obesos que en los no obesos. Esta variante se ha implicado en la disfunción de una hormona llamada leptina que regula la sensación de hambre. Esto podría sugerir que la disfunción de la leptina podría ser un posible culpable de la mala respuesta a los CSI en los niños con asma relacionada con la obesidad», apunta.
Chris Brightling, presidente del Consejo Científico de la Sociedad Respiratoria Europea y profesor de Medicina Respiratoria en la Universidad de Leicester (Reino Unido), que no participó en la investigación, dice que «se trata de una investigación muy buena y fascinante, con resultados importantes y novedosos».
«Arroja luz sobre la compleja interacción entre los genes, el peso y la respuesta a los corticosteroides inhalados, y subraya la necesidad de combinar los tratamientos farmacológicos con modificaciones del estilo de vida y la dieta, resalta. Los responsables políticos, los profesionales sanitarios y las familias deben hacer mucho más para atajar la creciente epidemia de obesidad entre los jóvenes».
septiembre 08/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Al menos 129 muertos por brote de meningitis en República Democrática del Congo
La oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África informó el miércoles que se declaró un brote de meningitis en el noreste de la República Democrática del Congo, donde se han registrado 129 muertes.
Las autoridades de República Democrática del Congo han declarado oficialmente un brote de meningitis en la provincia de Tshopo, en la zona noreste del país, después de detectar 261 casos sospechosos y de que al menos 129 personas hayan perdido la vida, casi la mitad del total de enfermos.
Las pruebas realizadas en el Instituto Pasteur han detectado en las muestras analizadas la bacteria Neisseria meningitidis, una de las más frecuentes en este tipo de grandes brotes, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha enviado un primer equipo de ayuda para responder a la emergencia, por ahora en la zona de Banalia, la más afectada, y en Kisangani, la capital provincial.
La directora de la OMS para África, Matshidiso Moeti, ha recordado que «la meningitis es una infección seria y un gran reto de salud pública», por lo que es necesario «moverse rápido» para intentar contener el brote lo antes posible. Más de cien pacientes reciben tratamiento en sus domicilios o en centros médicos de Banalia.
La meningitis, transmitida por las vías respiratorias, afecta principalmente a bebés, niños y jóvenes. En 2016, más de 1,6 millones de personas de entre uno y 29 años fueron vacunadas en una campaña masiva llevada a cabo en Tshopo, que se encuentra dentro de un cinturón que se extiende por 26 países y que es especialmente proclive a este tipo de brotes.
Kisangani ya sufrió en 2009 otro brote, aunque entonces se confirmaron 214 enfermos y 15 fallecidos, lo que implica una tasa de mortalidad considerablemente inferior a la registrada ahora.
septiembre 08/2021 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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