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Sequía contribuye a desnutrición infantil en sur de Angola
La sequía en el sur de Angola agudiza la malnutrición infantil y la vulnerabilidad de distintos asentamientos poblacionales, que reciben suministros urgentes de víveres para atenuar el flagelo, indicó la prensa.
Víctimas del estrés hídrico en la sureña provincia de Huila serán beneficiadas por la distribución de más de 70 toneladas de distintos bienes, entregados el fin de semana a las autoridades del territorio, informó el diario Jornal de Angola.
Según el reporte, los suministros incluyeron harina de maíz, pastas, frijoles, aceite vegetal, sal, jabón, ropas, medicinas y más de 20 motocicletas con tanques para cargar agua potable.
La entrega al gobernador de Huíla, Nuno Mahapi Dala, corrió a cargo del secretario de Estado de Salud Pública, Franco Mufinda, quien destacó el propósito de reducir de manera urgente el impacto de la desnutrición, sobre todo, en los niños de las comunas de Jau, distrito de Chibia, y Bata-Bata, en Humpata.
Mufinda reconoció que los artículos proporcionados resultan insuficientes para responder a las necesidades y garantizó la continuidad del apoyo a la población más afectada, dijo el rotativo.
De acuerdo con la reseña, el representante de Salud Pública defendió la creación de comedores comunitarios para atender a infantes y adultos en situación de vulnerabilidad, agravada por el déficit de precipitaciones en la región sureña del país.
«Visitamos las localidades de Bata-Bata, en Humpata, Jau (Chibia) y Quilemba, en el municipio de Lubango, y encontramos casos de desnutrición moderada y aguda, por lo que es necesario seguir atendiendo a la población», explicó el doctor Mufinda.
Los comedores comunitarios pueden ayudar a minimizar situaciones difíciles en esta fase de emergencia, consideró el galeno, quien mencionó, además, los reportes de desnutrición aguda en el municipio de Jau, por falta de alimentos y agua.
A juicio del especialista, es preciso crear mecanismos sostenibles para evitar condiciones de hambre permanente entre las familias residentes en zonas sujetas a procesos cíclicos de sequía.
julio 19/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Las zonas urbanas con niveles altos de contaminación del aire, tráfico y ruido pueden incrementar el riesgo de obesidad infantil
Los niños y niñas que viven en zonas urbanas con niveles altos de contaminación del aire, ruido y tráfico podrían tener un mayor riesgo de sufrir obesidad infantil, según un estudio llevado a cabo por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Publicado en la revista Environment International, ha analizado datos de 2 213 niños y niñas de entre 9 y 12 años de la ciudad de Sabadell (Barcelona) que participaban en los proyectos ECHOCAT e INMA. El 40 % de estos niños y niñas presentaba sobrepeso u obesidad.
Los investigadores evaluaron la asociación entre los factores urbanos a los que los niños estuvieron expuestos entre octubre de 2017 y enero de 2019 (contaminación del aire ambiental, espacios verdes, entorno construido, densidad de establecimientos de alimentación no saludable, tráfico rodado y ruido del tráfico rodado), y diferentes parámetros tanto de obesidad infantil (índice de masa corporal o IMC, circunferencia de la cintura y grasa corporal) como de comportamientos relacionados con el peso (consumo de comida rápida y bebidas azucaradas, actividad física, comportamiento sedentario, duración del sueño y bienestar).
Hasta la fecha pocos estudios habían evaluado si el entorno urbano influenciaba los comportamientos de los niños y niñas para así entender mejor la relación entre el entorno urbano y el riesgo de padecer obesidad infantil.
Comprender los mecanismos de esta relación permitirá desarrollar programas de promoción de la salud a nivel comunitario que mejoren los comportamientos en la ciudad. Otro aspecto novedoso de este trabajo es que ha evaluado diferentes exposiciones urbanas de forma conjunta, según el concepto de exposoma o estudio de múltiples factores ambientales simultáneos.
Posibles mecanismos
«Los niveles más altos de contaminación del aire, tráfico y ruido se asociaron con IMC más altos y con una mayor probabilidad de que el niño o niña sufriera sobrepeso u obesidad», explica Jeroen de Bont, primer autor del estudio e investigador de ISGlobal e IDIAP Jordi Gol.
Aunque todavía se desconocen los mecanismos que podrían explicar esta asociación, el equipo científico plantea diversas hipótesis: la contaminación del aire podría alterar los mecanismos moleculares que originan la obesidad, al inducir inflamación o estrés oxidativo, alteración hormonal y adiposidad visceral, aunque de momento los estudios al respecto se han realizado en ratones. El ruido podría influir en la privación del sueño y aumentar las hormonas del estrés, que están asociadas con el desarrollo físico en la infancia y podrían aumentan el riesgo de sobrepeso.
Estos resultados fueron congruentes con los obtenidos dentro del mismo trabajo al estudiar algunas exposiciones ambientales de forma separada. Se observó, en especial, que la cantidad de establecimientos de alimentación no saludables del entorno se asociaba también a la obesidad infantil, probablemente al favorecer un mayor consumo de comida rápida y una mayor ingesta calórica.
El estudio, sin embargo, no encontró una relación entre el entorno urbano y el nivel de actividad física, comportamiento sedentario y otros comportamientos relacionados con el peso de la población infantil que vivía en él, aun cuando se piensa que podría influir (por ejemplo, si la zona tiene una buena red de transporte público y de instalaciones y comercios cercanos, los desplazamientos tienden a realizarse a pie o en bicicleta, lo que incrementa la actividad física del niño o la niña).
Que el estudio no encontrara una asociación entre estos parámetros podría deberse a que «es difícil saber hasta qué punto la propia obesidad condiciona los comportamientos relacionados con el peso», explica De Bont. Además, la información sobre la actividad física de los niños y niñas se recogió en un cuestionario que no tenía en cuenta dónde se practicaban las actividades. «Pudimos saber si practicaban baloncesto o fútbol, pero no si se movían en bici por zonas verdes de su entorno, por ejemplo».
Por otro lado, «el estatus socioeconómico tiene un papel importante todavía no del todo claro en la asociación entre el entorno urbano y la obesidad infantil», señala Martine Vrijheid, última autora del estudio e investigadora de ISGlobal. En este trabajo, los niños y niñas que vivían en zonas más desfavorecidas de las afueras de la ciudad presentaban más sobrepeso y obesidad aun estando expuestos a niveles más bajos de contaminación del aire, tráfico rodado y ruido, y disponer de más zonas verdes. Se requieren, pues, más estudios para arrojar luz sobre esta cuestión.
Referencia:
de Bont J., Márquez S., Fernández-Barrés S., Warembourg CH., Koch S., Persavento C., Fochs S., Pey N., de Castro M., Fossati S., Nieuwenhuijsen M., Basagaña X., Casas M. , Duarte-Salles T., Vrijheid M.: Urban environment and obesity and weight-related behaviours in primary school children. Environment International. Vol.:155, pág. 106700. 2021. ISSN:0160-4120. Doi: https://doi.org/10.1016/j.envint.2021.106700
Comienza en septiembre vacunación anti COVID-19 para niños en Cuba
Autoridades cubanas aseguraron que en septiembre del año en curso empieza el proceso de vacunación de la población pediátrica contra la COVID-19 en el país caribeño, informó la prensa local.
De hecho, ya comenzaron los ensayos clínicos en ese segmento que abarca las edades comprendidas entre tres y 18 años.
Soberana-Pediatría es el primer estudio autorizado en la nación antillana para menores de tres a 18 años.
Cuenta con una muestra de 350 infantes y adolescentes voluntarios a los cuales se les administrará un esquema vacunatorio heterólogo de 0-28 y 56 días, con dos dosis de los candidatos Soberana 02 y una de Soberana Plus, ambos desarrollados por el Instituto Finlay de Vacunas y que demostró un 91,2 por ciento de eficacia.
Ya los primeros 25 adolescentes incluidos en el análisis recibieron su segunda dosis de Soberana 02.
La muestra se divide en dos grupos: el primero integrado por adolescentes de 12 a 18 y el segundo de niños de tres a 11.
El ensayo tiene como objetivos evaluar la seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad de dichos candidatos.
En tanto, un ensayo clínico pediátrico con la vacuna anti COVID-19 Abdala inicia en la provincia cubana de Camagüey, participarán en dos fases cerca de 600 niños y adolescentes de ese territorio.
La doctora Sonia Resik, investigadora principal de los estudios con ese inmunizador en el país, precisó que en este ensayo –nombrado Ismaelillo– será evaluada la seguridad e inmunogenicidad del producto.
Los resultados –precisa el diario Granma citando a Resik- se darán a conocer en octubre y sentarán las bases para extender luego su aplicación a toda la población infantil de la nación.
«En su Fase I, el estudio fue concebido en dos etapas: una primera, que comprenderá a adolescentes entre 12 y 18 años de edad, seleccionados según los criterios de inclusión, que estén aptos física y mentalmente, y cuenten con el consentimiento de los padres y el asentimiento de los menores», puntualizó Resik.
«Tan pronto se cuente con los primeros datos de seguridad y con la aprobación de la autoridad regulatoria, se pasaría a la semana siguiente a la segunda etapa de la Fase I, que incluirá a un estrato de niños más pequeños, entre tres y 11 años de edad», agregó la experta.
Similar proceder se seguirá luego para enfrentar la Fase II, que permitirá ampliar la muestra a 592 niños y adolescentes, adelantó la especialista.
julio 15/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Buscan producir leche materna en polvo y prolongar su vida útil
Un proyecto de investigadoras e investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad del Chaco Austral (UNCAUS), busca obtener leche materna en polvo a través de procesos tecnológicos que serán aplicados por primera vez en Argentina. Esta propuesta, que fue seleccionada en la convocatoria Ciencia y Tecnología contra el Hambre, permitirá aumentar la vida útil de este valioso recurso hasta por un año, facilitando su almacenamiento y administración para recién nacidos.
El grupo espera obtener hasta 20 000 dosis individuales de leche materna por mes, que serán destinadas a niños que no pueden acceder a ella por distintos motivos, ya sea por enfermedades del aparato digestivo, por contraindicación de lactancia por enfermedad de la madre, así como también para todo aquel paciente pediátrico que cuente con indicación médica o nutricional.
El proyecto recibirá un financiamiento de 17 millones de pesos y se ejecutará en un plazo de doce meses.
Una de las responsables de esta propuesta es la investigadora asistente del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Procesos Tecnológicos Avanzados (INIPTA, CONICET – UNCAUS), Mara Romero, quien resaltó la importancia de esta oportunidad para potenciar los proyectos de extensión e investigación que empezaron a desarrollarse en los últimos años en la UNCAUS para promover la lactancia materna. “Vamos a trabajar con material proveniente de lactarios de hospitales públicos que existen en la provincia del Chaco y, mediante la aplicación de procesos de deshidratación por métodos de liofilización o aspersión, vamos a poder obtener leche materna deshidratada, es decir, en polvo. Eso va a permitir incrementar la vida útil y facilitar su logística de distribución”, destacó.
Actualmente, en la provincia del Chaco existe una red de maternidades con lactarios en los que se obtiene la leche materna a través de donación. Todo el material proveniente de distintas ciudades es derivado al Hospital “Julio C. Perrando”, de la ciudad de Resistencia, para ser sometido a los procesos de control y pasteurización necesarios para su conservación y almacenamiento. Sin embargo, esto presenta diversas dificultades por la logística y conservación, ya que la vida útil de la leche materna cruda es de apenas 12 horas en refrigerador, a una temperatura de cinco grados y debe viajar cientos de kilómetros.
Una vez pasteurizada, puede ser congelada a una temperatura igual o menor a 10 grados bajo cero, por un periodo máximo de seis meses. El proceso de deshidratado que buscan lograr los investigadores podrá prolongar la vida útil de la leche materna hasta por un año, conservando todas sus propiedades nutricionales.
“Esto va a permitir no solo prolongar su duración, sino facilitar su conservación, que podrá realizarse a temperatura ambiente. Así, podrá ser distribuida en lugares más lejanos o de difícil acceso de nuestra provincia, como por ejemplo los centros de salud de El Impenetrable, porque no será necesario cuidar la cadena de frío para el traslado”, ejemplificó la investigadora responsable del proyecto. Además, resaltó que se trata de una iniciativa sin precedentes a nivel nacional, ya que esta metodología está extendida en otros países —principalmente de Europa—, pero aún no se aplica en Argentina.
Para realizar este proceso, los investigadores comenzarán a trabajar con leche pasteurizada y la clasificarán en tres categorías (leche madura, leche de transición y calostro). Una vez deshidratada, se envasará en frascos estériles en presentación de tres gramos, similares a los viales en los que se almacenan vacunas, y será luego reconstituida con agua estéril para su administración. También está previsto el almacenamiento en presentaciones de 250 y 500 gramos.
Las estimaciones realizadas por el equipo indican que con los 25 litros de leche materna que procesa por mes el Hospital Perrando se podrían obtener hasta 20 000 dosis o envases individuales de leche materna en polvo, lo que sería suficiente para alimentar a más de 100 niños por mes. Cabe señalar que este tipo de producto será destinado prioritariamente a pacientes con mayor grado de prematuridad y que no será desarrollado con fines de comercialización, sino únicamente para su uso a través del sistema público y basado en la donación.
La COVID-19 deja una oleada de trastornos de salud mental en niños y niñas
En los últimos meses, en España se han registrado el doble de urgencias psiquiátricas infantiles, trastornos de conducta alimentaria, casos de ansiedad, depresión y autolesiones e intentos de suicidio adolescente. Los expertos alertan de esta situación y prevén consecuencias a medio plazo. Todo empezó durante el confinamiento.
La herencia de la COVID-19 resulta incalculable a día de hoy. A las complicaciones físicas de la enfermedad y los efectos económicos que ha supuesto la pandemia, hay que sumarle las secuelas psicosociales, especialmente en la población infantil y juvenil. Durante el II Congreso Digital de la Asociación Española de Pediatría (AEP), celebrado el pasado mes de junio, los especialistas alertaron sobre cómo este impacto empieza a saturar las consultas.
Se han duplicado las urgencias psiquiátricas infantiles, los trastornos de conducta alimentaria, que son cada vez más graves, los casos de ansiedad, trastornos obsesivo-compulsivos, depresión y las autolesiones e intentos de suicidio en adolescentes. También se ha incrementado la violencia sobre los menores, el maltrato y los abusos; y se ha disparado el consumo de pantallas en niños y jóvenes.
“Desde el otoño del 2020 se ha ido detectando un aumento de problemas relacionados con la salud mental en los menores”, explica Gemma Ochando Perales, pediatra especializada en Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia en el Hospital Universitario y Politécnico la Fe (Valencia). “Las cifras han ido aumentando en los últimos meses en una ‘oleada’ de trastornos de salud mental en esta población”.
Si bien este torrente de casos está siendo más tardío a la afectación física, supone una respuesta a ese estrés mantenido en el tiempo, por lo que se espera que pueda aumentar en los próximos meses. “Los servicios de atención de salud mental en niños y adolescentes están desbordados; se atienden los problemas más graves, pero pueden dejar de verse los más leves”, subraya.
Ochando apunta cómo “los pediatras están recibiendo en consultas y en sus salas de ingreso hospitalario a pacientes con trastornos que ingresan en dichas unidades por falta de espacio en zonas específicas de salud mental”.
En el apartado sobre la infancia, la encuesta del CIS sobre los efectos psicológicos de la pandemia muestra que el 52,2 % de los padres que han convivido con sus hijos menores ha percibido cambios en su forma de ser. El 72,7 % de ellos asegura que estos han mostrado ‘cambios de humor’ y un 30,4 % ‘cambios en el sueño’.
Un colectivo silenciosamente vulnerable
La infancia, y de forma especial la adolescencia, son etapas especialmente vulnerables debido a los múltiples cambios que tienen lugar en periodos de tiempo cortos. De hecho, casi la mitad de los trastornos mentales de la edad adulta se desarrollan antes de los 18 años.
Sin embargo, al comienzo no se pensó en ellos como el colectivo más frágil. Efectivamente, los menores presentaron menor frecuencia de contagio que los adultos, y aquellos que se contagiaron fueron asintomáticos en su mayoría.
Un artículo realizado por especialistas españoles e italianos en 1 143 menores de ambos países encontró que un 89 % tenía alteraciones conductuales y emocionales como dificultad de concentración, aburrimiento, irritabilidad, inquietud, nerviosismo, preocupación, soledad o malestar
“Pero poco a poco se fueron alterando las rutinas de horarios, de sueño o de actividad física, cultural o deportiva, así como los patrones de alimentación. Esto se sumó a las noticias inquietantes, a la incertidumbre por el futuro, a los contagios intrafamiliares con pérdidas de contacto o de familiares queridos, los problemas laborales de los padres o a la adversidad económica en muchas familias”, puntualiza Ochando.
Todas estas situaciones han sido motivo de estrés crónico, una situación que puede desencadenar psicopatología en niños y adolescentes. Un artículo publicado en 2020, realizado por especialistas españoles e italianos en 1 143 menores de ambos países, encontró que un 89 % de ellos tenía alteraciones conductuales y emocionales como dificultad de concentración, aburrimiento, irritabilidad, inquietud, nerviosismo, preocupación, soledad o malestar.
De manera muy similar concluye un estudio publicado recientemente en JAMA Network Open, realizado en Austria a más de 3 000 adolescentes. Los resultados indican una alta prevalencia de trastornos mentales un año después del inicio de la pandemia. Así, los síntomas depresivos, de ansiedad, insomnio y trastornos de la alimentación fueron significativamente más altos en 2021 que antes y al principio de la COVID-19. Y aproximadamente un tercio de los adolescentes informó de pensamientos suicidas.
Es importante destacar que, antes de la pandemia, ya se manejaban datos preocupantes: el 10 % de los niños menores de 12 años y el 20 % de los adolescentes desarrollan en algún momento algún tipo de trastorno mental.
Además, “el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes entre 15 y 29 años y su principal desencadenante es la depresión, en especial cuando no se diagnostica y no se trata”, afirma Azucena Díez, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la AEP.
Los efectos del encierro
En un principio, el confinamiento pudo llegar a ser vivido como una aventura en la que los niños agradecían no ir al colegio o pasar más tiempo con sus padres, y los adolescentes se sentían más libres para consumir más horas en internet. No obstante, “pronto comenzaron a aparecer apatía, inquietud, aburrimiento, dificultades de concentración, insomnio o miedos excesivos”, relata Gemma Ochando. “Es más, uno de cada cuatro niños que ha sufrido aislamiento por la COVID-19 posee síntomas depresivos y ansiedad”.
En un artículo publicado el pasado mes en la revista Scientific Reports, dos investigadores de la Universidad de Burgos (UBU), sostienen que la situación de encierro estricto de los niños y adolescentes ya revela, a partir de los 8 o 10 días, consecuencias significativas en la salud mental de ambos, aunque todavía no se conoce el efecto a largo plazo.
Según los autores, parece que las consecuencias del encierro en los niños se dan sobre todo en el área afectiva, lo que se refleja también en su comportamiento: problemas de conducta rebelde, de control de la ira y de regulación emocional en mayor medida.
La situación de encierro estricto de los niños y adolescentes ya revela, a partir de los 8 o 10 días, consecuencias significativas en la salud mental de ambos, aunque todavía no se conoce el efecto a largo plazo
Otro estudio español, en el que han participado más de mil adultos de las provincias de Madrid y Barcelona, ha evaluado los factores asociados a la aparición de depresión e ideación suicida durante el confinamiento domiciliario que tuvo lugar durante la primera ola de la pandemia.
Liderado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), el trabajo publicado Epidemiology and Psychiatric Sciences confirma que las personas más jóvenes y aquellas que se sentían solas antes de la pandemia mostraron un mayor riesgo de sufrir depresión durante el encierro.
“Este es un momento clave para evitar que las dificultades psicológicas se hagan crónicas, dando lugar a psicopatologías más graves. Debemos recordar que los niños de hoy serán los adultos de mañana”, insiste Azucena Díez. Y no olvidar la prevención en una etapa tan sensible como es la infancia, especialmente desde las consultas de Atención Primaria.
Consejos para cuidar la salud mental de los más jóvenes:
Gemma Ochando, miembro de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (SPI-AEP), expone las recomendaciones para reducir el impacto psicológico de la pandemia en niños y adolescentes:
– Mejorar los sistemas de coordinación entre Atención Primaria y Salud Mental para optimizar la accesibilidad, potenciar la telemedicina y facilitar la incorporación de psicólogos en los centros de salud.
– Implementar programas de promoción de la salud mental (prevención, detección temprana y lucha en contra del estigma de la enfermedad).
– Promover la incorporación completa a las aulas.
– Fomentar actividades de ocio, cultura y deporte.
– Agilizar la vacunación a los adolescentes y niños para conseguir un estilo de vida normalizado.
– Reconocer oficialmente la especialidad de Psiquiatría del niño y del adolescente, de manera que los profesionales que atiendan a este colectivo estén formados en dicha especialidad.
– Aumentar el número de especialistas en psiquiatría de niños y adolescentes.
La próxima epidemia de gripe podría empezar antes y ser más grave y duradera
Los confinamientos, la distancia de seguridad y el uso generalizado de mascarillas han permitido cortar, en buena medida, la cadena de transmisión del SARS-CoV-2. Pero no solo de este coronavirus causante de la mayor pandemia en el último siglo. Los virus estacionales, como la gripe o el virus respiratorio sincitial –causa común de bronquiolitis en niños-, han pasado prácticamente desapercibidos esta temporada. Una situación inédita que plantea serias dudas a los expertos. Y es que escenario, lejos de ser beneficioso, podría traer problemas en el futuro.
¿Qué puede pasar en la próxima epidemia de gripe?
Expertos del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, los hospitales Clínico Universitario y Río Hortega y la Universidad de Valladolid tratan de responder a esta pregunta y plantean una hipótesis al respecto en un artículo científico publicado en la revista Vaccines. Además, proponen algunas medidas que pueden paliar los efectos colaterales negativos que la COVID-19 puede tener sobre la gripe.
“Todo se está centrando en la COVID-19 y nos estamos olvidando de otras enfermedades importantes, y la gripe es una de ellas”, advierte en declaraciones a Dicyt, Iván Sanz Muñoz, responsable científico y de vigilancia virológica del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, quien recuerda que esta epidemia estacional característica de los meses más fríos origina cerca de cinco millones de hospitalizaciones y 650 000 muertes cada año en todo el mundo.
Fiebre, dolores musculares y articulares, cefalea, tos seca, secreción nasal y un malestar generalizado caracterizan a esta infección que puede llegar a ser grave y que casi todas las personas, en algún momento de su vida, terminan experimentando. Su prevalencia da cuenta de su relevancia: los virus gripales infectan a entre el 15 y el 20 por ciento del total de la población cada temporada. Salvo esta última.
“Este año no ha habido gripe. En España, aunque posiblemente se haya notificado menos por la pandemia, solo se han detectado siete casos de gripe por PCR a través de los sistemas de vigilancia. En el resto de Europa ha sucedido lo mismo, la gripe ha circulado muy poco y eso va a hacer bajar la inmunidad que cada temporada adquirimos por infectarnos”, apunta el virólogo, quien firma el trabajo junto con otros reconocidos especialistas como Sonia Tamames Gómez, Javier Castrodeza Sanz, José María Eiros Bouza y Raúl Ortiz de Lejarazu.
Aunque las campañas de vacunación frente a la gripe son muy importantes, la inmunidad que se obtiene de forma natural gracias a ese 15-20 por ciento de población que se infecta todas las epidemias es el principal factor de contención del virus. Y esa inmunidad se va a ver resentida en la próxima temporada.
“Aunque el pasado año se ha vacunado a más gente de la gripe, la vacunación es solo una parte de la protección que establecemos contra el virus. La mayor procede de la gente que se infecta y como este año eso no ha sucedido, la inmunidad, seguro está bajando y la siguiente epidemia puede ser peor en tres aspectos: empezar antes, durar más y ser más grave”, afirma Sanz Muñoz.
Los investigadores se basan en estudios previos para realizar estas predicciones. Estudios que han analizado qué sucede con la gripe en los inviernos con temperaturas templadas, y los resultados son concluyentes: la gripe se contagia menos y la inmunidad se resiente, de forma que en el 72 por ciento de las siguientes epidemias comienzan antes y son más largas y severas.
“En la actualidad nos encontramos ante una situación similar, hemos tenido una temporada en la que apenas ha habido casos y el escenario sería muy equiparable e incluso aumentado, ya que, en los inviernos templados, aunque menos, sigue habiendo contagios”, asevera el experto.
Más vacunas y los niños como población objetivo
De este modo, que la próxima epidemia de gripe pueda ser más dura de lo normal es una posibilidad que debe analizarse con mayor profundidad y abordarse en lo posible para tratar de amortiguar sus efectos sobre la población y sobre el propio sistema sanitario, severamente castigado por la pandemia.
En su artículo, el grupo de expertos plantea algunas medidas que podrían evitar que esto ocurra. “En primer lugar proponemos que se programen campañas de vacunación masiva para la gripe, para ello es necesario que la industria farmacéutica fabrique más vacunas, lo que sería la segunda medida, y la tercera empezar a concienciarnos de vacunar a los niños frente a la gripe, ya que son los mayores transmisores y si les vacunamos a ellos protegemos a las personas de su entorno, que en muchas ocasiones son mayores de 65 años”, concluye el responsable científico del Centro Nacional de Gripe de Valladolid quien subraya que, ante todo, es necesario ser precavidos y aplicar a la gripe las lecciones aprendidas con la pandemia.
Referencia
Sanz-Muñoz, I., Tamames-Gómez, S., Castrodeza-Sanz, J., Eiros-Bouza, J. M., & de Lejarazu-Leonardo, R. O. (2021). Social Distancing, Lockdown and the Wide Use of Mask; A Magic Solution or a Double-Edged Sword for Respiratory Viruses Epidemiology?. Vaccines, 9(6), 595.
Nota:
El virus sincitial respiratorio humano, también llamado virus respiratorio sincitial o virus respiratorio sincicial, es un virus de cadena simple de ARN en sentido negativo de la familia de los para mixovirus, la cual incluye virus respiratorios comunes, como los que causan el sarampión y la parotiditis.
Llaman a elevar cuidados de alérgicos ante la COVID-19
La pandemia de COVID-19, que mantiene en vilo al mundo, puede resultar más peligrosa para quienes padecen algún tipo de alergia, por lo que expertos internacionales llaman a elevar los cuidados de esas personas.
Al celebrar este 8 de junio, el Día Mundial de la Alergia, entidades de todo el planeta invitan a tomar conciencia sobre la importancia de educar para la prevención de esas enfermedades y evitar contagios de SARS-CoV-2 en esos pacientes ya vulnerables.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Alergia (WAO, por sus siglas en inglés) el 20 por ciento de toda población sufre algún padecimiento de este tipo, manifestándose frecuentemente en la población infantil.
Para potenciar los conocimientos sobre esas afecciones, cada año la WAO , institución que declaró la fecha, aborda un tema diferente y en este 2021 declaró como tema central la anafilaxia, la reacción que puede ocurrir segundos o minutos después de la exposición de alguien a un agente alérgeno.
Los síntomas incluyen erupción cutánea, náuseas, vómitos, dificultad para respirar y shock y si no se trata de inmediato, puede causar la pérdida del conocimiento o muerte.
La alergia puede afectar diferentes partes del cuerpo como al aparato digestivo cuando no se toleran ciertos alimentos como la leche o el huevo o determinados medicamentos.
Otras manifestaciones se dan a nivel respiratorio y frecuentemente se encuentran expresiones en la piel, con algunos alérgenos que pueden tener contacto directo como los detergentes o incluso algunas sustancias como los medicamentos o alimentos, que no necesariamente están en contacto con la piel.
Entre las sustancias con alto potencial alergénico se encuentran el polen, los ácaros, el moho, la caspa animal; así como los frutos secos (maní), mariscos, leche, huevos; y medicamentos.
julio 08/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Los gestos rítmicos de los niños predicen el posterior desarrollo de sus habilidades orales
Un estudio publicado en Child Development muestra que la producción temprana de gestos rítmicos con las manos (es decir, gestos que normalmente se asocian con funciones de énfasis y que no representan el contenido semántico del discurso) por parte de niños durante los 14 a 58 meses de edad en las interacciones naturales con sus cuidadores predice que estos niños y niñas, más tarde en el desarrollo, hacia los 5 años de edad, obtengan mejores resultados en la medida de sus habilidades narrativas orales.
En cambio, en el estudio no se encontraron estos mismos efectos cuando los niños y niñas producían otros tipos de gestos, como los gestos icónicos (gestos que representan visualmente el contenido semántico del discurso, como mover las manos en forma de balón para expresar «balón») y los gestos de volteo de las manos (gestos realizados girando la muñeca de la mano, por ejemplo para expresar con incertidumbre «no lo sé», al tiempo que se levantan los hombros hacia arriba).
El estudio es fruto de una colaboración entre el Grupo de Estudios de Prosodia (GrEP) del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la UPF y el Goldin-Meadow Lab de la Universidad de Chicago (Illinois, Estados Unidos). Una investigación que han llevado a cabo Ingrid Vilà-Giménez (UPF y UdG) y Pilar Prieto (ICREA, UPF) con las investigadoras Natalie Dowling y Susan Goldin-Meadow (Universidad de Chicago, Estados Unidos) y Ö. Ece Demir-Lira (Universidad de Iowa).
A través de una metodología longitudinal, el estudio analizó datos en diferentes puntos del desarrollo de los niños.
Los datos analizados forman parte de una gran base de datos longitudinal sobre desarrollo del lenguaje de la Universidad de Chicago. Las investigadoras hicieron un análisis del habla y de la producción de tres tipos de gesto de 45 niños, desde los 14 hasta los 58 meses de edad, durante las interacciones con sus cuidadores durante la hora de comer, o bien mientras hacían sesiones de juego u otras actividades como la lectura de libros. Concretamente, se analizó el valor predictivo de los gestos rítmicos, en comparación con los gestos de volteo de las manos y los gestos icónicos. A los 5 años de edad, los mismos niños y niñas participaron en una tarea narrativa en la que tenían que contar una historia sobre unos dibujos animados sin sonido.
Los resultados demostraron que los gestos rítmicos que producen los niños y niñas desde los 14 hasta los 58 meses de edad tienen un papel muy importante en el desarrollo narrativo en etapas posteriores, ya que pueden predecir mejoras en las habilidades orales de los niños al cabo de unos años. Aunque los resultados del estudio no den evidencias empíricas sobre si producir este tipo de gesto rítmico simplemente refleja que el niño/a tiene la habilidad de estructurar el discurso o bien marcar de forma multimodal elementos del discurso que se asocian con una prominencia del habla (es decir, para marcar énfasis), las investigadoras argumentan que este tipo de gesto tiene un papel pragmático muy relevante en el discurso temprano de los niños.
Cabe destacar que estas funciones pragmáticas de los gestos rítmicos tienen que ver con la función de estructurar el discurso narrativo. Por lo tanto, tal como sugieren los resultados del estudio, las autoras resaltan que se puede afirmar que las funciones pragmáticas que tienen los gestos rítmicos en los discursos narrativos iniciales que hacen los niños y niñas pueden ser muy importantes para el desarrollo de su discurso inicial, así como para el desarrollo de sus habilidades narrativas orales en edades posteriores.
Este estudio contribuye de manera relevante a consolidar la evidencia empírica previa que ya han publicado algunas de las mismas investigadoras sobre los beneficios que tiene una intervención corta en la mejora de las habilidades orales de niños y niñas de 5 y 6 años de edad, en la que se les pide que observen o produzcan estos gestos rítmicos (Vilà-Giménez et al., 2019; Vilà-Giménez y Prieto, 2020; véase también Vilà-Giménez y Prieto, 2021). Del mismo modo, otros estudios complementarios también han demostrado el impacto positivo de estos gestos en otras habilidades lingüísticas más complejas de los niños y niñas, como la comprensión de narraciones (Llanes-Coromina et al., 2018).
La infección fúngica invasiva, alerta «creciente» en niños inmunodeprimidos
Expertos reunidos en el ciclo de tres jornadas TRIIO KIDS- Temas y Retos en Infecciosas, Intensivos y Oncología, organizado por Gilead Sciences, han alertado de que la infección fúngica invasiva (IFI) es un problema creciente en la población pediátrica inmunodeprimida.
La tasa de mortalidad por candidemias en pacientes pediátricos se estima en un 10 por ciento y la tasa de mortalidad por aspergilosis invasiva en niños con cáncer o que han recibido un trasplante puede llegar hasta el 50 por ciento.
Entre los pacientes con neoplasias oncohematológicas, el 80 por ciento sufren episodios de fiebre y neutropenia, sin embargo, en 2 de cada 3 pacientes el foco no es evidente o no llega a identificarse.
En los últimos años, el incremento del número de niños inmunosuprimidos con riesgo de infección fúngica invasiva ha conducido a su vez a un mayor uso de fármacos antimicóticos profilácticos y terapéuticos en esta población. En estos pacientes, la prescripción de fármacos antimicóticos puede ser un desafío debido a una presentación clínica inespecífica, un menor rendimiento de las pruebas de diagnóstico, una farmacocinética variable relacionada con los cambios de maduración y la falta de ensayos clínicos en niños.
Prevenir las infecciones fúngicas en el hospital
Uno de los retos planteados por los expertos ha sido cómo aprender a prevenir estas infecciones cuando un paciente pediátrico de Oncología está ingresado en la unidad de cuidados intensivos y que debe ser valorado tanto por el oncólogo, como por el infectólogo y el intensivista para lo que es necesario un abordaje multidisciplinario.
En este sentido, Montserrat Nieto, de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Niño Jesús, que ha sido moderadora de la primera Jornada, ha señalado que es fundamental tener en cuenta “los Programas PROA -para la optimización del uso de los antibióticos- en donde pautemos menos antibióticos innecesarios, que realicemos unas adecuadas medidas de higiene de manos, de aislamiento de pacientes y así como que sepamos diagnosticar casos de enfermedades por clostridioides y podamos tratarlos de forma adecuada con los tratamientos disponibles”.
Nieto ha destacado además que “cada vez hay más pacientes pediátricos en unidades de Oncología o de cuidados intensivos que tienen infección por clostridioides y que pueden tener una elevada gravedad y mortalidad” por lo que es necesario contar con “tratamientos específicos para el síndrome de obstrucción sinusoidal o para la micropatía trombótica, que son enfermedades graves, que nos plantean a veces diagnósticos difíciles para poder tratarlos mejor”.
La primera jornada del ciclo ‘TRIIO KIDS’ también ha contado con la participación de David Bueno, del Servicio de Hemato- oncología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz; Marta García Ascaso, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Niño Jesús; y María Slocker, de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Estos fueron los responsables de analizar la patología endotelial, muy relacionada con la pandemia, porque la enfermedad por COVID-19 grave tiene una base de disfunción endotelial severa, el problema creciente de las infecciones por clostridioides o las endocarditis en los niños, que son enfermedades infecciosas poco frecuentes pero muy graves.
La pandemia se ‘traga’ al virus respiratorio sincitial
El virus respiratorio sincitial (VRS) es la principal causa de hospitalización en menores de 5 años, y la mayoría de los niños se infectan hacia los 2 años de edad. La epidemia de VRS en el hemisferio norte ocurre todos los años durante diciembre (entre las semanas 52 y 53), antes de la epidemia estacional de gripe. Es el principal agente etiológico de la bronquiolitis aguda, la infección respiratoria más común en la infancia y la principal causa de morbilidad en lactantes menores de un año.
Durante el invierno pasado en el hemisferio sur, algunos países ya observaron la casi desaparición de la gripe y del VRS gracias a las medidas de control contra la pandemia. En Australia, los casos de VRS se redujeron en un 98 % y los de influenza en un 99,4 %.
Un equipo del Instituto Catalán de la Salud y del Hospital Valle de Hebrón, en Barcelona, coordinado por Ermengol Coma, publió recientemente en MedRxiv un análisis sobre la evolución del VRS y la enfermedad respiratoria asociada en Cataluña en las últimas semanas y ha comparado los datos con los de los diez años anteriores utilizando las historias clínicas electrónicas de atención primaria.
Han incluido a todos los niños menores de 5 años con diagnóstico clínico de sospecha de VRS, confirmada o no mediante pruebas de laboratorio. El periodo de estudio abarca 12 temporadas epidemiológicas, desde el 1 de septiembre de 2009 (temporada 2009-2010) hasta el 16 de enero de 2021 (temporada 2020-2021). Los datos se dividieron en dos conjuntos: conjunto de comparación (desde septiembre de 2009 hasta agosto de 2019) y conjunto de análisis (de septiembre de 2019 a enero de 2021).
La reducción de RSV fue definido como la diferencia entre lo esperado menos lo observado para todos los periodos. Como análisis de sensibilidad, realizaron el mismo estudio de series con confirmación de laboratorio de VRS del Hospital Valle de Hebrón con datos disponibles entre la semana 40 de 2013 y la semana 1 de 2021.
Desde el 1 de septiembre de 2009 al 16 de enero de 2021, observaron 190 131 enfermedades relacionadas con el VRS, de las cuales 178 817 (94 %) fueron diagnosticadas en población menor de dos años. El número promedio de casos de VRS para las temporadas 2009-2010 a 2018-2019 fue de 17 517; para la temporada 2019-2020 fue de 13 432 y solo 1 534 para la temporada 2020-2021 (hasta el 16 de enero), es decir, una reducción del 87,58 % según lo esperado del 7 de octubre de 2020 al 16 de enero de 2021.
El mismo análisis efectuado con datos de confirmación de laboratorio de VRS en la temporada 2019-2020 obtuvo resultados similares. Sin embargo, durante la temporada 2020-2021 solo se observó una confirmación de laboratorio (reducción del 99,65 % en comparación con lo esperado), que muestra el mismo patrón que los datos de las historias clínicas electrónicas de la red de atención primaria.
Varias explicaciones
Los autores ofrecen algunas razones de esta bienvenida desaparición del VRS. Una, lógica, apuntada por estudios de varios países son las medidas de control establecidas frente a la pandemia y seguidas tras la apertura de los colegios en septiembre, como el uso de mascarillas para niños mayores de 6 años, la intensificación de las medidas de limpieza e higiene, los grupos burbuja, y el cribado diario de síntomas, además de las medidas generales de distancia física y restricciones comunitarias.
Aunque estas medidas para el control de la transmisión del SARS-CoV-2 podrían tener un impacto en otras transmisiones respiratorias, podría haber otras causas. Por ejemplo, al no ser obligatoria la educación por debajo de los 6 años en Cataluña, rango de edad más vulnerable a la infección por VRS, también es posible que, debido a las consecuencias socioeconómicas de la pandemia y al estímulo del teletrabajo, algunos padres pueden haberse quedado en casa cuidando a sus hijos, reduciendo así interacciones sociales de los niños y la transmisión esperada de la mayoría de los virus respiratorios.
También se ha planteado la hipótesis de que los cambios en el comportamiento y una mayor conciencia sobre la salud en el contexto de la mitigación de la covid-19 puedan haber contribuido a la reducción de la transmisión del VRS, observada además en otras infecciones.
En la página web Diagnosticat del Departamento de Salud de Cataluña, que rastrea los diagnósticos clínicos semanales de siete enfermedades infecciosas notificables desde 2010, se aprecian reducciones de casos de varicela y diarrea incluso en entornos educativos abiertos. Hay que tener en cuenta que los virus envueltos, como el respiratorio sincitial, la influenza y otros, son más susceptibles a la inactivación química por medidas higiénicas y geles que los no envueltos.
Finalmente, es posible que la interferencia viral entre el SARS-CoV-2 y otros virus respiratorios repercuta en esta baja transmisión de VRS. Los autores advierten de la posibilidad de que el uso de diagnósticos clínicos a través de las HCE de atención primaria podría subestimar el número de infecciones reales por VRS. Sin embargo, “nuestros resultados son coherentes con las confirmaciones de laboratorio de uno de los mayores hospitales pediátricos en España (el Valle de Hebrón)”. Es más, “el seguimiento de los diagnósticos clínicos en entornos de atención primaria podría anticipar los cambios de tendencia de las infecciones respiratorias virales, ya que este sistema de vigilancia ha sido útil para encontrar patrones inusuales relacionados con la COVID-19 en diagnósticos de gripe”.
De todos modos, matizan que hay que andar con precaución. En enero de 2020, el sistema de vigilancia en Australia informó de un aumento del número semanal de casos de VRS durante la primavera del hemisferio sur, período en el que no se espera la circulación de este virus. Por tanto, “tenemos que aprender de la experiencia en otros países y estar atentos a la circulación repentina de este virus en los próximos meses con la adecuada monitorización en la atención primaria y los entornos hospitalarios”.
La inmunización pasiva frente al virus sincitial respiratorio, podría extenderse a todos los lactantes
La inmunización pasiva con anticuerpos monoclonales podría convertirse en la vía para reducir la incidencia de infecciones por el virus respiratorio sincitial (VRS) en bebés. El VRS es la causa más frecuente de hospitalización en lactantes y es el primer agente causal de bronquiolitis y neumonías en menores de un año.
Las medidas de prevención de la COVID-19, como la distancia social o el uso de mascarillas, han tenido un impacto evidente en la incidencia de estos procesos durante la temporada 2020-2021, pero es esperable que los casos vuelvan a repuntar con la vuelta a la normalidad.
En España, el único medicamento de este tipo disponible es Synagis (palivizumab), el anticuerpo monoclonal de AbbVie, indicado en la prevención de infecciones por el VRS en niños con alto riesgo de infección. De la investigación en marcha con nuevos anticuerpos monoclonales el medicamento más avanzado en el desarrollo clínico es nirsevimab, de Sanofi y AstraZeneca, que aspiran a posicionar en la profilaxis de todos los lactantes. Tiene una vida media extendida, es de administración intramuscular y requiere una única dosis.
Próximamente las compañías presentarán datos en fase III en un congreso científico, pero de momento, a finales de abril, anunciaron que los resultados son positivos. Mientras que las indicaciones de palivizumab son más restringidas, el ensayo Melody sugiere que nirsevimab podría administrarse en el momento del nacimiento en los bebés nacidos durante la temporada típica de VRS, entre noviembre y marzo, o durante los primeros meses de vida, al inicio de la temporada, si nacieron fuera de este periodo.
Ensayo Melody
A finales de abril las compañías anunciaron resultados positivos de este ensayo clínico de fase III que demuestran que nirsevimab reduce las infecciones de las vías respiratorias inferiores que requieren atención médica (hospitalización o ambulatoria) debido al VRS en niños prematuros sanos y en nacidos a término.
El estudio incluyó a niños prematuros tardíos y nacidos a término de 35 semanas 0 días o más de edad gestacional, a los que se dividió en dos grupos (2:1) para recibir una única dosis de 50 mg de nirsevimab mediante inyección intramuscular (en lactantes que pesaban hasta 5 kg) o 100 mg (en lactantes que pesaban más 5 kg) o placebo. Entre julio de 2019 y febrero de 2021, aproximadamente 1 500 lactantes recibieron una dosis de nirsevimab o placebo al inicio de la temporada del VRS.
Aunque los resultados no han sido publicados, las compañías señalan que el fármaco alcanzó el objetivo primario del estudio, al lograr una reducción estadísticamente significativa de las infecciones de las vías respiratorias inferiores causadas por el virus.
Rosa Rodríguez, jefa de Sección de Pediatría del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, califica el anuncio del ensayo Melody de “extraordinaria noticia”. La pediatra explica a este medio que es la primera estrategia preventiva del VRS que se dirige a lactantes sanos nacidos a término, que “representan el 80 % de los pacientes ingresados por esta enfermedad”. Aunque se investigan otras estrategias profilácticas frente al VRS, vacunas maternas y otros anticuerpos monoclonales, expone que el resto de candidatos están en fases más preliminares de desarrollo.
En fase IIb redujo un 78 % las hospitalizaciones por VRS en prematuros sanos
La pediatra indica que “en menores de seis meses, la bronquiolitis por VRS es más grave y representa la mayoría de los ingresos en el hospital. Precisamente estos lactantes tienen un sistema inmune inmaduro y una vía aérea más pequeña por lo que se defienden peor frente al virus. Además, no podemos obviar la carga asistencial en atención primaria y en urgencias por este virus en la edad pediátrica”.
En julio se publicaron en The New England Journal of Medicine
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1913556
resultados positivos del ensayo de fase IIb con nirsevimab en recién nacidos prematuros sanos (29 semanas y 0 días hasta 34 semanas y 6 días). Los resultados frente a placebo mostraron una reducción del 70 % en las infecciones de las vías respiratorias inferiores atendidas médicamente, principalmente bronquiolitis y neumonía; las hospitalizaciones por el virus cayeron un 78 %.
Palivizumab
Mientras que nirsevimab se plantea para la inmunización pasiva de todos los lactantes, palivizumab está indicado en niños con alto riesgo de infección por el VRS. Pero, según Rodríguez, hay más diferencias: la actividad neutralizante del anticuerpo en investigación “es mucho más potente, y la vida media más prolongada, de forma que con una única dosis se protegería los cinco meses de la epidemia, en lugar de las cinco dosis que precisaba palivizumab, lo que supone una ventaja importante”.
Las compañías están evaluando la seguridad y tolerabilidad del nuevo fármaco frente a palivizumab en el ensayo de fase II/III Medley en niños prematuros y niños con enfermedad pulmonar crónica y cardiopatías congénitas, que se enfrentan a su primera y segunda temporada de VRS.
Las medidas higiénicas y el fenómeno de interferencia viral habrían reducido el VRS
Aunque si la incidencia de VRS se mantuviera como en la última temporada, dejaría de ser un motivo de preocupación tan importante. “La última epidemia de VRS ha sido testimonial, con muy pocos casos aislados”, reconoce la pediatra del Gregorio Marañón. Comprende que las medidas preventivas frente a la COVID-19 podrían estar detrás de esta caída en la incidencia. “También puede estar influyendo el fenómeno de interferencia viral que se produce en una célula infectada por un virus y que impide la multiplicación de otros virus diferentes que quieren infectar a dicha célula, aunque no lo sabemos a ciencia cierta. En otros países como Francia o Australia se ha producido la epidemia de VRS retrasada durante los meses de primavera”, advierte Rodríguez.
Apoyo de las agencias
La potencial contribución de nirsevimab en la profilaxis del VRS ha sido reconocida por agencias reguladoras internacionales. En febrero de 2019, la agencia reguladora estadounidense de Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) otorgó a nirsevimab la designación de Tratamiento innovador para la prevención de las infecciones de las vías respiratorias inferiores causadas por el VRS, y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) concedió acceso a su plan Prime para la misma indicación.
En Japón, nirsevimab también fue seleccionado por la Agencia Japonesa para la Investigación y el Desarrollo Médico (AMED) como “un medicamento para el desarrollo prioritario” en el marco de un programa de promoción del desarrollo de fármacos pediátricos.
En enero de 2021, nirsevimab recibió la designación de Medicamento innovador prometedor de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA) y también recibió la designación de Terapia innovadora por parte del Centro de Evaluación de Medicamentos (CDE) de China bajo la Administración Nacional de Productos Médicos.
La edad en la que empiezan más trastornos mentales es a los 14 años
Un metaanálisis permite establecer la edad de inicio de diferentes problemas de salud mental, indicando la necesidad de cambios en su abordaje. La enfermedad mental se diagnostica en la edad adulta, pero puede tener su origen en la pediátrica.
Un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry del grupo Nature ha hecho una meta-análisis con datos de 192 estudios epidemiológicos que incluyen 708 561 pacientes para determinar la edad en que suelen debutar los diferentes trastornos mentales.
El trabajo está dirigido por Joaquim Raduà, jefe del grupo de investigación del IDIBAPS Imagen de los trastornos relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad, de Barcelona; Marco Solmi, de la Universidad de Padua, y Paolo Fusaro-Poli, del King s College de Londres.
Los trastornos mentales son una de las causas principales de discapacidad. Varios estudios indican que una buena prevención permitiría reducir su aparición. «Si fuéramos capaces de detectar a tiempo cualquier cambio que avise de un posible trastorno mental, quizás podríamos corregirlo y conseguir que el cerebro madure de una forma sana, previniendo la aparición del trastorno», ha explicado hoy Raduà en rueda de prensa.
Sin embargo, «para conseguir que un programa de prevención sea efectivo, debe realizarse a la edad concreta a la que comienza cada trastorno mental. Hasta ahora, la edad de inicio de los diferentes trastornos era un tema poco conocido, porque investigarlo es más complejo de lo que puede parecer».
El equipo de investigadores combinó por primera vez toda la información sobre la edad de inicio de trastornos mentales de los estudios epidemiológicos que se habían publicado hasta ahora. Así, se consiguió una muestra de más de 700 000 personas de los cinco continentes. Raduà añade que «los análisis no fueron fáciles, ya que cada trastorno sigue un patrón atípico y único, por lo que tuvimos que crear nuevos algoritmos de meta-análisis y los ordenadores se pasaron semanas o meses haciendo cálculos”.
Un resultado del estudio es que la edad en la que empiezan más trastornos mentales es a los 14 años, una época en la que el cerebro está experimentando unos cambios madurativos importantes.
Asimismo, el estudio concluye que la mayoría de los trastornos mentales van apareciendo de forma ininterrumpida durante los primeros 25 años de vida. «No podemos dividir los trastornos entre los que se dan en la infancia y los que se dan en la edad adulta».
Este estudio cuestiona la división actual de la salud mental entre dispositivos para menores de 18 años y dispositivos para mayores de 18 años, «porque para muchas personas, la atención se ve fragmentada con la mayoría de edad. Por eso nos preguntamos si no sería mejor adecuar los dispositivos de salud mental a las edades de inicio de los diferentes trastornos. Sabemos que la edad de inicio no es el único factor a tener en cuenta, pero este estudio pone la pregunta sobre la mesa».
Eduard Vieta, jefe del servicio de psiquiatría y de psicología del Hospital Clínic y jefe de grupo de investigación IDIBAPS, ha manifestado, por su parte, que hay que coordinar muy bien los centros de salud mental infanto-juvenil con los de adultos porque en el tránsito de unos a otros, a causa de la edad, «se pierden» pacientes.
Referencia:
McWhinney, S.R., Abé, C., Alda, M. et al. Association between body mass index and subcortical brain volumes in bipolar disorders–ENIGMA study in 2735 individuals. Mol Psychiatry (2021). https://doi.org/10.1038/s41380-021-01098-x
Así afecta el consumo infantil de alimentos ultra procesados a su salud a largo plazo
Un nuevo estudio, que analiza la evolución entre los 7 y los 24 años de más de 9 000 niñas y niños británicos, muestra una relación entre la ingesta de alimentos industriales en los primeros años de vida y la obesidad en la juventud.
Los alimentos ultra procesados, como se define en el sistema de clasificación de alimentos NOVA, desarrollado en 2010 por expertos de la Universidad de São Paulo (Brasil), son formulaciones industriales de ingredientes que se someten a una serie de métodos físicos, químicos y biológicos.
Suelen ser más densos energéticamente y más pobres desde el punto de vista nutricional y grasas saturadas, pero con bajos niveles de proteínas, fibra dietética y micronutrientes) en comparación con las alternativas menos procesadas, y están diseñados para ser baratos, agradables al paladar, duraderos, cómodos y atractivos.
De hecho, desde hace años la industria alimentaria comercializa estos productos de forma agresiva, para promover su compra y moldear las preferencias dietéticas. Los niños son sus principales consumidores.
Una mayor ingesta de alimentos ultra procesados se asoció a un mayor aumento de peso y a incrementos en una amplia gama de medidas de peso poco saludables en la infancia, y esto se extendió a la adolescencia y a los primeros años de la edad adulta
Ahora, un estudio liderado por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido), ha confirmado la relación entre el consumo de alimentos ultra procesados en 9 025 niñas y niños británicos con peores trayectorias de adiposidad en la edad adulta temprana.
“Cada vez hay más pruebas que relacionan el consumo de refrescos, aperitivos envasados, panes de producción masiva y algunas comidas preparadas con obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros problemas de salud en los adultos”, explica a SINC Kiara Chang, primera autora de la investigación.
“Sin embargo, aún faltan datos sobre el impacto de los alimentos ultra procesados en la salud de los más pequeños, un mercado clave para la industria ya que consumen más cantidades en su dieta que los adultos”, añade. “En nuestro estudio, estos productos suponían el 80 % o más de su ingesta calórica diaria en uno de cada cinco niños y niñas, lo cual es muy preocupante”.
Los resultados, publicados en la revista JAMA Pediatrics, analizan la evolución del índice de masa corporal, del índice de masa grasa, del peso y del perímetro de la cintura entre los 7 y los 24 años de edad. El crecimiento resultó mayor en aquellos con más ingesta de este tipo de productos: 0,06 por año; 0,03 por año; 0,20 kg por año y 0,17 cm por año, respectivamente.
“Este trabajo es el primero que evalúa la asociación a largo plazo entre el consumo de alimentos ultra procesados en la infancia y los cambios de peso. Así, una mayor ingesta se asoció a un mayor aumento de peso y a incrementos en una amplia gama de medidas de peso poco saludables, y esto se extendió a la adolescencia y a los primeros años de la edad adulta”, continúa la experta del Imperial College. “Y cuanto mayor era la cantidad que consumían los niños, peor era su aumento de peso”.
Epidemia de obesidad
Según los especialistas, para reducir la obesidad en el mundo se necesitan urgentemente medidas de salud pública sólidas que promuevan y eliminen las barreras de acceso a los alimentos mínimamente procesados y desalienten la ingesta de ultra procesados entre los niños.
“Nuestras conclusiones ponen de manifiesto la necesidad de emprender acciones urgentes y radicales mediante la reducción de la exposición y el consumo de estos productos por parte de los niños para contrarrestar la creciente carga internacional de la obesidad”, apunta Chang.
Las directrices dietéticas deberían actualizarse para enfatizar la preferencia por los alimentos frescos y evitar los ultra procesados. Estos productos deberían ser gravados y los menos procesados, subvencionados para hacer más asequibles las opciones más saludables, Kiara Chang, autora
“Las directrices dietéticas deberían actualizarse para enfatizar la preferencia por los alimentos frescos o mínimamente procesados y evitar los ultra procesados, en línea con las medidas desarrolladas en Brasil, Uruguay, Francia, Bélgica e Israel. Estos productos deberían ser gravados y los menos procesados, subvencionados para hacer más asequibles las opciones más saludables”, sostiene.
La investigadora insiste en la obligatoriedad del etiquetado de los productos en la parte delantera del envase para dar a conocer los alimentos ultra procesados. “Deben aplicarse restricciones a las promociones y a todas las formas de publicidad, especialmente las dirigidas a los más pequeños”, concluye.
Referencia:
Chang K., Khandpur N.; Neri D.; et al.: Association between Childhood Consumption of Ultraprocessed Food and Adiposity Trajectories in the Avon Longitudinal Study of Parents and Children Birth Cohort. JAMA Pediatr. 14 de junio de 2021. doi:10.1001/jamapediatrics.2021.1573
Cuba, primero en vacunar pueblo con candidatos anti COVID-19 propios
Cuba podría ser el primer país del mundo en tener a toda su población vacunada al finalizar 2021 contra la COVID-19 con candidatos propios, aseguró hoy aquí el presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martínez.
Durante una conferencia de prensa para actualizar sobre el avance de las propuestas de la nación caribeña, el titular del Grupo Empresarial de Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma), aseveró que el país incrementará el ritmo de inmunización a fin de tener a la mayor parte de los cubanos protegidos a finales de año.
Recordó que, tanto el proyecto anti COVID-19 del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), Abdala; como el del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), Soberana 02, ya sobrepasaron el límite de eficacia (50 por ciento), establecido por la Organización Mundial de la Salud para ser consideradas vacunas.
La primera evidenció un 92.28 por ciento en su esquema de tres dosis, mientras que la segunda mostró un 62 por ciento con solo dos dosis. De esta última falta por demostrar la eficacia en su fórmula de tres inyecciones, en la cual, la tercera es una de Soberana Plus, también diseñada por el IFV.
Al respecto, el director de esa institución, Vicente Vérez, aclaró que se espera que los resultados de este último esquema ronden entre el 85 y 95 por ciento de eficacia, lo cual se sabrá en los próximos días.
«Una vez concluidos la mayor parte de los estudios de eficacia, refirió, se presentará a la autoridad regulatoria, Centro de Control Estatal de Medicamentos y Equipos Médicos (Cecmed) el informe para solicitar el uso de emergencia de los candidatos», refirió.
Recalcó que aún aprobado ese proceso, continuarán analizando otros parámetros como la eficacia en cuanto a formas graves de la enfermedad.
Igual ruta sigue el CIGB, declaró su directora Marta Ayala, quien explicó que ya el centro entregó los documentos a fin de conseguir la aprobación del candidato vacunal Abdala para su uso de emergencia, y la decisión será dada a conocer en las próximas semanas.
Además, dicha institución también espera la autorización para el ensayo clínico en edades pediátricas, que incluirán infantes entre tres y 18 años, a los cuales se les aplicarán también tres dosis de Abdala; el mismo esquema utilizando en adultos.
El Instituto Finlay de Vacunas ya inició dicho proceso con una muestra de 350 voluntarios en el mismo grupo etario y de los cuales 25 adolescentes de 12 a 18 años recibieron la dosis inicial de Soberana 02.
Sobre el tema, Yury Valdés, director adjunto del Instituto Finlay, apuntó que en esta jornada se realizó la inclusión de 25 niños de tres a 11 años en el estudio Soberana Pediatría que transcurre en el hospital pediátrico de esta capital, Juan Manuel Márquez.
«Esos pequeños recibirán su primera dosis de Soberana 02 el próximo lunes y ese mismo día se espera ampliar la muestra a 150 adolescentes de 12 a 18 años», detalló.
Cuba acumula hasta la fecha 23 mil 778 pacientes pediátricos diagnosticados con la COVID-19, de los cuales, el 93,5 por ciento ya está recuperado.
La isla caribeña cuenta en total con cinco candidatos vacunales para enfrentar la pandemia. A Soberana 02, Soberana Plus y Abdala; se suman Mambisa, del CIGB y Soberana 01, del Instituto Finlay.
junio 25/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Un 40 % de la mortalidad por sepsis se produce en menores de 5 años
En todo el mundo, se estima que la sepsis mata a 7,5 millones de menores; gran parte de estos fallecimientos se podrían evitar mediante la vacunación.
Las enfermedades tiempo-dependientes; aquellas en las que el pronóstico y supervivencia del paciente va a depender directamente de la rapidez con la que se atiendan y se traten, centrarán varias sesiones del II Congreso Digital de la Asociación Española de Pediatría celebrado durante la primera semana de este junio 2021, de forma telemática.
La sepsis, los traumatismos abdominales y craneales y el ictus pediátrico figuran entre las urgencias pediátricas con elevadas tasas de mortalidad infantil si no reciben atención precoz.
El 40 % de la mortalidad por sepsis a nivel mundial corresponde a niños menores de 5 años. La sepsis aparece cuando la respuesta inmunológica del organismo contra una infección -como puede ser, por ejemplo, el SARS-CoV-2- acaba lesionando los propios tejidos y órganos del afectado. Puede producir choque séptico, fallo multiorgánico y el fallecimiento del paciente, especialmente si no se detecta a tiempo y es tratada con rapidez.
Una infección, causa de muerte por sepsis en niños
Se estima que cada año se detectan entre 47 y 50 millones de casos en el mundo y 11 millones de personas mueren por esta causa, lo que implica que una de cada cinco muertes en el mundo está asociada a la sepsis. Las infecciones son responsables cada año del fallecimiento de más de 7,5 millones de menores. Por debajo de los cinco años de edad, el 60 % de las muertes tiene su origen en una enfermedad infecciosa, en muchos casos, prevenible mediante la vacunación.
Los pediatras insisten, a la vista de estos datos, en la importancia de fortalecer las acciones encaminadas al diagnóstico precoz de la sepsis y, por ende, a la aplicación del tratamiento de forma urgente, con el fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes.
“Contamos con diversas herramientas, como los códigos sepsis, protocolos específicos o las alertas electrónicas para detectar esta situación de urgencia. Lo ideal sería que todos los centros dispusieran de uno de estos sistemas para tratar de hacer un diagnóstico lo más precoz posible e iniciar el tratamiento”, apunta Elisabeth Esteban, miembro de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) y jefa de la Unidad de Transporte Crítico Pediátrico y Neonatal del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
Sin embargo, establecer sistemas de alerta temprana frente a la sepsis no es tarea fácil, ya que la sintomatología de la afección es muy poco específica: “Empieza a manifestarse con las señales propias de la infección, aunque también se puede presentar fiebre, taquicardia, mal aspecto, dificultad respiratoria, rechazo al alimento, alteración del nivel de conciencia o lesiones en la piel”, señala.
Hasta un 80 % de los casos de sepsis podría prevenirse mediante “medidas higiénicas, mejorando el conocimiento de la población sobre la patología y sus síntomas de alerta, y, por supuesto, promoviendo la vacunación frente a las diversas infecciones que la pueden desencadenar”.
Paciente poli traumatizado
Otra de las enfermedades tiempo-dependientes más frecuentes en niños son los politraumatismos, siendo las lesiones craneales y abdominales las más recurrentes. Andrés Concha, miembro del Grupo de Trabajo de Politraumatismo de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) y médico adjunto de la UCI Pediátrica en Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, hablará de la importancia de su evaluación inicial.
Como explica el experto, un sangrado abdominal importante producido por la rotura del bazo, el hígado o cualquier otro órgano de la cavidad abdominal, puede requerir una cirugía urgente; lo mismo que ocurre con los traumatismos craneales graves, que pueden causar hematomas e hipertensión intracraneal. “Es muy importante saber detectar esas complicaciones y no infravalorar su gravedad; las consecuencias de no hacerlo pueden ser irreversibles”, señala.
El manejo de estas lesiones empieza en el momento del accidente. El paciente debe recibir una atención inicial sistematizada con objeto de detectar lesiones de riesgo vital y trasladarlo al hospital mejor dotado para el manejo del cuadro sintomatológico que presente.
Una vez en el hospital, se le debe atender de la forma más rápida y eficaz posible y “es de vital importancia coordinar la actuación de todos los especialistas y profesionales que puedan intervenir en la atención”, precisa el doctor Concha.
Plan de formación en Pediatría
Sin embargo, el manejo del paciente poli traumatizado no está incluido en el plan de formación de los residentes de Pediatría, ya que, por suerte, es una»enfermedad» relativamente poco frecuente en Pediatría. Por ello, el entrenamiento con simulación y los cursos de formación son esenciales para afrontar el manejo de estos pacientes graves. “El Grupo de Trabajo de Politraumatismo de la SECIP, realiza cursos de formación en los hospitales. Los más activos en este sentido son el San Joan de Déu en Barcelona, el Universitario Central de Asturias en Oviedo y el Hospital del Niño Jesús en Madrid”, destaca.
Cirujanos de Sudáfrica intentarán reconstruir la cara de un niño atacado por una hiena
Un equipo de cirujanos plásticos de Sudáfrica se preparan para reconstruir el rostro de un niño zimbabuense de 9 años que fue atacado por una hiena el mes pasado.
Rodwell Khomazana perdió su nariz, su ojo izquierdo, la mayor parte de su labio superior, fragmentos de su frente y otras partes de su cara al ser atacado por una hiena el 2 de mayo, por la noche, en una iglesia a las afueras de Harare.
Los médicos de uno de los principales hospitales públicos de esa ciudad hicieron todo lo que pudieron para curarlo y estabilizarlo, pero carecían de recursos para reconstruirle la cara, que quedó destrozada.
Su madre, incapaz de pagar una medicina especializada únicamente disponible en el extranjero, contactó con médicos de la vecina Sudáfrica, que aceptaron operar a su hijo gratuitamente en una clínica privada de Johannesburgo.
«Cuando mencionó la historia de su pobre hijo, destrozado por una hiena, no pude decir que no», explicó el cirujano Ridwan Mia a la AFP esta semana.
Rodwell voló a Johannesburgo el sábado y fue recibido por el personal del hospital, que entonó el himno de Sudáfrica para él.
Muchos llevaban camisetas con la inscripción «Equipo Rodwell» y un dibujo del chico estampados.
Aplaudieron y le vitorearon cuando llegó al edificio, con un suéter verde sobre su cabeza y la cara cubierta de vendas.
En las vendas de su ojo derecho, le abrieron un pequeño agujero para que pudiera ver dibujos animados en una tableta inteligente.
Mia y su equipo realizaron labores de cirugía exploratoria el lunes, y después programarán la compleja operación, que podría durar unas 20 horas.
Usarán tejidos de otras partes del cuerpo para reconstruirle las mejillas, la nariz, la boca y la mandíbula. También le pondrán una prótesis ocular.
«Desgraciadamente, tendrá muchas cicatrices en la cara», afirmó Mia.
«Lo que esperamos hacer es un procedimiento en el que minimizamos… las cicatrices», explicó.
Rodwell «nunca tendrá una cara normal y sin cicatrices», avisó. «Pero queremos darle algo que, al menos, le permitirá ser funcional y disfrutar de lo que otros niños disfrutan».
Los costos de la hospitalización, que se espera que se prolongue por lo menos un mes, se cubrirán con donaciones.
Un hotel se ofreció para alojar a la madre del chico durante ese tiempo.
Mia indicó que el dinero que sobre se empleará para pagarle una terapia a Rodwell, para que supere el trauma.
En este sentido, recalcó que el apoyo psicológico sería especialmente importante para que el niño acepte su nuevo ojo.
Los médicos esperan que Rodwell pueda llegar a sentirse «como un niño normal de nuevo» algún día, señaló el cirujano.
«Desafortunadamente, la cruda realidad es que nos enfrentamos a una lesión enorme».
junio 22/2021 (AFPk) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Rusia iniciará estudio con vacuna anti COVID-19 para adolescentes
Los ensayos clínicos de la vacuna Sputnik V anti COVID-19 para adolescentes de 12 a 17 años comenzarán en esta capital a principios de julio, informó Anastasia Rakova, vicealcalde de la urbe para el desarrollo social.
Explicó que en estos momentos se realiza el reclutamiento de voluntarios y que el estudio se realizará en tres fases en diferentes centros médicos infantiles de Moscú.
Rakova señaló que basándose en los resultados que se obtengan se decidirá sobre la inclusión de los adolescentes en el programa de vacunación contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
En total, 350 personas participarán en el estudio: 100 en la primera y segunda fase y 250 en la tercera.
Los ensayos se realizarán entre adolescentes que no tuvieron la Covid-19, no tengan contraindicaciones para el fármaco Sputnik V o que no padezcan otras enfermedades.
A los voluntarios se les inoculará con Sputnik V, que ya se usa para personas mayores de 18 años, pero en una dosis menor.
Rakova dijo que antes de la inmunización en la primera y segunda fase del estudio todos los adolescentes se someterán a un examen médico completo, incluida la realización de pruebas PCR.
El estudio tendrá una duración de un año desde el inicio y durante ese tiempo los involucrados estarán bajo constante supervisión médica.
Luego de la vacunación con el primero y el segundo de los componentes, los adolescentes estarán bajo régimen de aislamiento por tres días en los hospitales destinados al estudio y después deberán realizarse pruebas periódicas.
En una aplicación móvil especial, los jóvenes llevarán un diario de observación personal, a la vez que serán monitoreados por médicos por teléfono.
junio 21/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Más de cinco mil angoleños murieron este año por paludismo
Cifras oficiales en Angola reconocen la muerte este año de cinco mil 573 habitantes a causa del paludismo, publicó el periódico de mayor circulación en el país.
El diario Jornal de Angola destacó el registro de tres millones 799 mil 458 casos de paludismo de enero a junio de 2021, para un aumento de 300 mil infectados frente a igual período del año anterior, según información ofrecida por la ministra de Salud, Sílvia Lutucuta.
Los datos solo dan cuenta de las personas atendidas en centros asistenciales y, a juicio de la funcionaria, denotan que el país enfrenta una situación «crítica y desafiante» debido al incremento de la dolencia.
Según afirmó, el aumento obedece a las fuertes lluvias ocurridas entre marzo y abril, las condiciones de vida de la población, las deficiencias en el saneamiento básico y la falta de implementación de medidas de prevención.
Las provincias más afectadas fueron Luanda, Lunda Norte, Malanje, Uíge, Benguela, Huambo y Huíla, reseñó el rotativo.
Al mismo tiempo, hubo cientos de casos de dengue y chikungunya, frecuentemente asociados a leptospirosis y COVID-19, con especial incidencia en los territorios de Luanda, Uíge, Namibe, Cuanza Sur, Huíla, Huambo y Cunene, precisó la nota.
De enero y marzo, el paludismo tuvo una baja incidencia, pero en los meses siguientes, con la llegada de la presente temporada de lluvias, «notamos un leve aumento con respecto al mismo período de 2020″, expuso la ministra.
Al decir del Jornal de Angola, esta realidad provocó una mayor presión sobre los servicios hospitalarios en todas las provincias y, de manera particular, en las áreas de pediatría, lo cual es signo de un sistema de salud en saturación.
El paludismo, acotó Lutucuta, sigue siendo «la principal causa de enfermedad y muerte en Angola, especialmente entre los niños y las mujeres embarazadas».
Mientras la anemia severa y la desnutrición afectan sobre todo a los menores de edad, con consecuencias directas en términos de mortalidad infantil, añadió.
La titular defendió la implementación de estrategias integrales para el combate a la malaria y, ese sentido, distinguió la necesaria atención a los determinantes sociales de la salud.
Las principales medidas para prevenir la dolencia, recordó, son evitar la proliferación de aguas estancadas, propicias para la reproducción de los mosquitos (agentes transmisores), y el mejoramiento del saneamiento básico en barrios y hogares, mediante la fumigación y la educación sanitaria de las familias.
Lutucuta anunció una mayor interacción con los gobiernos provinciales y las administraciones municipales, así como la implementación de un plan de contingencia intersectorial, a fin de contrarrestar el problema y responder a la demanda de atención médica
junio 21/2021 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Hallan alteraciones en el cerebro de los menores obesos
El trabajo, del Hospital del Mar de Barcelona e ISGlobal, ha analizado imágenes cerebrales de 230 niños obtenidas con resonancia magnética funcional.
La obesidad se vincula, de forma general, a los malos hábitos alimentarios y a la disponibilidad de alimentos altamente calóricos y agradables al paladar, pero un estudio publicado en Cerebral Cortex y liderado por investigadores de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética del Servicio de Radiología del Hospital del Mar y del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, acaba de revelar que hay más elementos implicados.
En concreto, y gracias a imágenes obtenidas con resonancia magnética funcional, han visto que hay determinadas zonas del cerebro de los niños obesos que presentan alteraciones si se comparan con niños y niñas de la misma edad con peso normal o sobrepeso.
“La obesidad en general y, en particular, la infantil, se enfoca como un mal hábito y se señala a determinados alimentos como responsables, pero no es del todo así”, explica Jesús Pujol, autor del estudio y responsable de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética. El estudio ha permitido detectar “un salto cualitativo en los niños y niñas, que va de un mal hábito en el caso del sobrepeso, a una ‘enfermedad’ cerebral en forma de alteración funcional cuando el sobrepeso pasa a ser obesidad. Es claramente una obsesión por la comida”, apunta.
Los investigadores han podido certificar que el cerebro de los niños que sufren obesidad presenta rasgos diferentes respecto a los que tienen peso normal o sobrepeso. Analizando imágenes del cerebro de 230 menores de entre 8 y 12 años (voluntarios del estudio BREATHE liderado por ISGlobal) con técnicas de análisis desarrolladas por el equipo del Hospital del Mar, han visto que hay dos zonas que tienen alteraciones y se encuentran hiperexcitadas.
Se trata de la corteza orbito frontal y la amígdala, los centros que regulan las sensaciones de recompensa y de castigo y su relación con la parte del cerebro que regula las necesidades básicas, como la comida y las emociones, y la corteza somatosensorial, donde el cerebro representa la imagen de nuestro propio cuerpo.
Es la primera vez que se hace un estudio de este tipo en menores de edad y se documentan estas alteraciones en niños y niñas que sufren obesidad.
Estas alteraciones son iguales a las de las personas que sufren un trastorno obsesivo-compulsivo y a aquellas que tienen la enfermedad de Prader-Willi, de origen genético, que produce un trastorno obsesivo y deriva en obesidad.
“El niño obeso es un niño que sufre mucho su problema y sufre la idea obsesiva acerca de la comida, y la comida no le tranquiliza, no disfruta, solo le quita la ansiedad de forma parcial”, explica Laura Blanco-Hinojo, investigadora de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética y firmante del estudio. Es decir, la obsesión por comer invade la mente de la persona, hecho que es vivido de forma negativa, con sufrimiento, un hecho que no pasa con los niños con peso normal o sobrepeso.
La alteración del sistema que regula la conducta se puede considerar que llega al nivel de enfermedad cerebral, hecho que hay que tener en cuenta a la hora de abordar estos casos. “La intervención terapéutica es totalmente necesaria, no se puede dejar pasar”, explica el psicólogo Gerard Martínez-Vilavella, de la Unidad de Investigación en Resonancia Magnética del Hospital del Mar y participante en el estudio. “En el sobrepeso hay alteraciones cuantitativas que indican que el cerebro funciona diferente, pero en el caso de la obesidad, ya entra en la categoría del hecho patológico”, añade.
Ansiedad permanente
El hecho de tener hiperexcitadas estas zonas del cerebro provoca una ansiedad permanente en los niños con obesidad y, a la vez, altera la propia percepción del cuerpo, magnificándola.
Por todo ello, es necesario un abordaje multidisciplinario de estos casos, teniendo en cuenta que estos niños y niñas se encuentran todavía en un momento de formación de su personalidad y de las estructuras y conexiones cerebrales.
Los investigadores apuntan que el estudio no permite determinar si la obesidad genera las alteraciones cerebrales o son estas alteraciones las que provocan el sobrepeso y la obesidad. Pero sí que hay que tener en cuenta los dos factores, la alimentación y la enfermedad cerebral.
Según Jordi Sunyer, investigador de ISGlobal y último firmante del trabajo, “la alta prevalencia de obesidad infantil es una de las mayores epidemias del siglo XXI. El descubrimiento de alteraciones en el funcionamiento del cerebro en las áreas relacionadas con la recompensa y la visión del cuerpo de estos niños y niñas indica que su tratamiento tiene que ser dirigido también al nivel individual. El hecho que estas alteraciones sean comunes con enfermedades mentales y del cerebro orienta hacia el tipo de prácticas terapéuticas. A pesar de ello, no se puede obviar que la gran disponibilidad de alimentos hipercalóricos, el exceso de pantallas y vida interior, la movilidad pasiva, son sus determinantes ambientales a los que también hay que dirigirse”.
Problema de salud pública
El 38 % de las niñas de entre 6 y 11 años de Cataluña sufren sobrepeso u obesidad, cifra que llega al 40 % entre los niños de la misma edad, según un estudio del ISGlobal y del Instituto IDIAPJGol realizado con más de un millón de niños y publicado en Jama Network Open .
Su prevalencia ha disminuido en general, pero se ha incrementado en las áreas urbanas más desfavorecidas. Se considera obesidad infantil los casos de aquellos niños y niñas que tienen un peso que se sitúa en el percentil 95 de la media correspondiente a su edad.
Referencia:
de Bont J, Díaz Y, Casas M, García-Gil M, Vrijheid M, Duarte-Salles T. Time Trends and Sociodemographic Factors Associated With Overweight and Obesity in Children and Adolescents in Spain. JAMA Netw Open. 2020;3(3):e201171. doi:10.1001/jamanetworkopen.2020.1171
Los niños pobres pagan un alto precio por una nueva ola de sida en Pakistán
Después de que su hijo fue diagnosticado como seropositivo en medio de un fuerte brote de sida en el sur de Pakistán, Shahzado Shar debió a menudo escoger entre comprar comida o medicamentos.
A los cinco años, el niño es parte de los cientos de menores que dieron positivo en 2019, víctimas del uso sistemático de jeringas usadas en Rota Dero, un poblado rural en la provincia de Sindh.
El mayor centro de diagnóstico de Pakistán fue instalado en esta localidad y los medicamentos antirretrovirales fueron entregados a las familias de los más de 1 500 niños infectados, según el ministerio provincial de Salud.
Los tratamientos son gratuitos, pero las familias deben cubrir gastos adicionales asociados a la enfermedad.
«Nos exigen hacer otras pruebas en hospitales privados, pero no tenemos dinero», suspira Shahzado Shar, al detallar los accesos de fiebre y los dolores abdominales y renales que sufre su hijo.
Una treintena de otros niños son seropositivos en el poblado de Suhani Shar, a pocos kilómetros de Rato Dero.
El sistema de salud pública de Pakistán, presente sobre todo en las ciudades, es caótico e ineficiente, y obliga a las familias rurales a acudir a clínicas privadas, muchas veces costosas y algunas de ellas administradas por personas sin calificación.
Al menos 50 niños murieron de sida desde que se detectó el brote hace dos años, según la pediatra Fatima Mir, de la Universidad Aga Khan de Karachi, que analizó las estadísticas.
Para las autoridades, el responsable del desastre es un popular especialista de Rato Dero.
El médico Muzaffar Ghangro se mantiene en libertad condicional. Él niega cualquier responsabilidad en la epidemia y asegura ser blanco de una venganza de otros médicos, celosos de su popularidad en la comunidad.
En Pakistán son comunes la reutilización de materiales y la falta de precaución, debido a la falta de recursos.
Según el médico que reveló el escándalo en 2019, nada o casi nada ha cambiado desde entonces en la provincia de Sindh.
«Las cosas van igual de mal que antes», lamentó el médico Imran Akbar Arbani.
El galeno lanzó la alerta a la prensa después de notar un número alarmante de bebés seropositivos en Rato Dero, donde tiene una clínica privada.
Las autoridades reaccionaron rápidamente, pero después la disciplina se relajó.
«Los tres primeros meses, los charlatanes y los médicos sin calificación fueron buscados y sus clínicas cerradas, pero más tarde pudieron reabrir», denunció.
Para el presidente de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Pakistán, el médico Rafiq Khanani, las regulaciones son inadecuadas y las reglas básicas son ignoradas.
Las reglas «solo existen en el papel y en la práctica son ineficaces».
A la luz del escándalo, el gobierno prohibió la importación de jeringas convencionales e impuso el uso único de estos dispositivos.
Pero según un médico de Sindh, quien pidió no ser identificado, muchos médicos evitan la prohibición y continúan utilizando los viejos modelos de jeringas, que son más baratos.
En la sala de espera del centro de diagnóstico de Rato Dero, un hombre y su hijo aguardan mientras observan una pantalla que ofrece consejos sanitarios. Al otro lado, una madre ansiosa sujeta a su bebé sobre sus rodillas.
Todos esperan los resultados de una prueba rápida practicada sobre los menores.
Según la pediatra Fatima Mir, una campaña de diagnósticos masivos permitió identificar a las víctimas del escándalo y limitar las infecciones.
Pero ahora es tiempo de que Pakistán adopte los tratamientos necesarios e incorpore los medicamentos básicos, sostuvo Ayesha Isani Majeed, quien dirige el programa gubernamental de control del sida.
Al ponerse el sol en Subhani Shar, una niñita se estremece sobre las rodillas de su madre, presa de un nuevo brote de fiebre.
Hakima Shar reconoce que a veces olvida de darle a su niña de cuatro años los retrovirales indispensables para tener el virus bajo control.
«Somos muy pobres (…) Yo me levanto con el sol para ir a trabajar, ¿quién va a darle los medicamentos a horas fijas?», preguntó la joven madre de 25 años, ella también seropositiva.
Atrapadas entre la pobreza y la desnutrición, muchas familias ni siquiera habían escuchado hablar del sida.
«El gobierno no nos aportó antibióticos ni las vitaminas necesarias, y no tenemos los medios para comprarlas», lamentó ella. «Estamos condenados».
junio 15/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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